Evidencias del Evangelio eterno

El Espíritu de Dios
está en mí como un tesoro en vaso de barro,
como algo tan sublime y
eterno en un cuerpo mortal.

Su poder me atraviesa,
me sana, me llena y me basta.

pero no puedo esconderlo,
no puedo retenerlo solo para mi,
tengo que dejarlo salir, ser, sentir y hacer.

Poema por Yamila A.

En el libro de los Hechos encontramos el proceso que la iglesia vivió, los cuales la llevan a madurar a través de cada situación vivida. Y al hablar de iglesia nos referimos no a un grupo de gente, sino a la vida de cada uno de nosotros. Cuando hablamos de que la iglesia está  madurando hablamos de que cada uno de nosotros está avanzando y desarrollándose.

Estamos declarando que el Espíritu esta sobre nosotros porque nos ha ungido para proclamar buenas nuevas, buenas noticias a los pobres, y: ¿Quiénes son los pobres? No solo aquellos que no tienen lo económico, sino a aquella persona que no tiene a Cristo, que no tiene riqueza espiritual, que vive en una miseria espiritual en su corazón.  Esta es la historia de la mayoría de nosotros a quienes nos faltaba todo hasta que nos encontramos con Cristo, quizás lo de afuera no cambió pero si nuestro interior, nuestra vida, no faltaba alegría, paz y la encontramos con Cristo. Éramos pobres de espíritu mendigando amor o un abrazo, pero ahora en el Señor podemos tener plenitud y riqueza.

Dar las buenas nuevas se trata de dar a conocer el Evangelio, de declarar que Jesús tiene un plan y que vino para rescatar de la misma muerte a cada vida que se le acerque y dándole luz. Lamentablemente el espíritu de este mundo, que es el anticristo, trató por muchos años de manipular al mundo, e incluso a la iglesia, trayendo oscuridad e ignorancia haciendo que toda la vida se centre en nosotros, en el egoísmo, en el egocentrismo, en el humanismo, lo cual es un espíritu contrario a la iglesia la cual es una comunidad que ayuda, que sirve al otro más allá de las fallas, quizás somos imperfectos pero tenemos al que nos perfecciona.

Somos hijos de Dios que vamos camino a una gloria que no se compara con lo que vivimos hoy. Hechos 11:22-23  nos habla de evidencias, esta palabra procede del latín “evidentia” que quiere decir que permite indicar una certeza manifiesta de la cual no se puede dudar. Bernabé fue enviado desde Jerusalén a la iglesia de Antioquia a comprobar esta evidencia.

Sabemos que cuando Jesús ascendió al cielo vino el Espíritu Santo quien iba a guiar y a conducir a la iglesia en todo lo que Jesús les había enseñado. En este pasaje podemos encontrar cinco evidencias importantes de la iglesia:

Dar lugar al Espíritu Santo: Dios desea que tengamos lugar en nuestro corazón para el Espíritu Santo, el cual es una persona que siente, que ve, que tiene voluntad como nosotros, es una persona que se entristece y que se alegra. Es necesario que el Espíritu Santo viva en nosotros porque necesitamos renovarnos día a día, es la persona que construye y edifica la iglesia, dirige a los pastores, enseña a la congregación, ministra, trae libertad y hace toda la tarea sobre nuestras vidas. Nosotros usamos nuestro cuerpo y voz para que él se manifieste. Debemos tener en nuestras vidas una evidencia de que el Espíritu Santo vive en nosotros. Cada persona que tiene el Espíritu en su vida lo evidencia con hechos, todo lo espiritual trae una evidencia, tanto lo bueno como lo malo.

Debemos cultivar ese aceite fresco que viene de su Presencia en la intimidad, siempre estamos necesitando que él nos llene, que conduzca nuestra vida, muchas veces esas evidencias se dan a través de personas que nos guían, nos enseñan y nos corrigen. La tarea del Espíritu Santo es que todo lo que está en el corazón de Jesús sea puesto en nosotros en la medida que rendimos nuestras vidas a él. Vamos caminando a la estatura del varón perfecto que no lo somos todavía, sino que caminamos rumbo a eso.

El fruto en nuestras vidas da evidencia del Espíritu Santo, tenemos un corazón enseñable, deseamos congregarnos, pertenecer al cuerpo, tenemos deseos de crecer en la comunión con otros. También evidencia generosidad, no somos mezquinos, ni avaros. Tenemos palabra profética siendo entendidos en los tiempos en los cuales vivimos.

La iglesia antiguamente estaba escondida porque la persecución los acechaba, estaban gobernados por Herodes quien busca la muerte de la iglesia, hoy eso busca satanás para que estemos con miedo y escondidos. Hoy los países perseguidos donde no se puede predicar el evangelio siguen predicando a pesar de los impedimentos, eso hace que la iglesia se extienda y crezca más allá de lo que el enemigo quiere hacer. Muchas veces la iglesia crece más frente a un gobierno opresor que frente a una democracia libre. Debemos abrir los ojos y en lugar de mirar nuestro plan debemos mirar el plan de Dios sobre la tierra, observemos qué hay detrás de cada gobernante, de cómo la iglesia puede extenderse a pesar de lo que se vive.

La Salvación – Efesios 2:1-10 (RVR)  cuando una iglesia comienza a ver gente que se salva podemos decir que hay evidencia que el evangelio realmente se está viviendo correctamente. La salvación no es un chaleco salvavidas, es mucho más, es el precio que Jesús pagó para vivir una eternidad con nosotros. Él nos quiere llevar a la eternidad, a un propósito mayor para que de la manera que fuimos salvos, otros también lo sean y así cooperamos con su plan. La salvación es para todos, no solo para un grupo. Sin Dios antes estábamos de acuerdo con el diablo. Para quitarnos la forma de este sistema Jesús tuvo que pagar a precio de sangre donde Dios nos dio vida junto con su hijo, resucitándonos con él y sentándonos al su lado para evidenciar las buenas obras porque somos hechura suya.

Milagros: antiguamente la iglesia esperaba una campaña evangélica para llevar al enfermo para ver milagros, no era una mala motivación pero solo es una parte del evangelio. Ahora entendemos que el evangelio eterno no es una campaña para que ocurran los milagros, sino que nosotros podemos vivir una cultura de milagros.

Hay muchas estructuras que hay que romper en nuestra mente y corazón para que ocurran estos milagros. Dios nos llama a que la evidencia real del evangelio es que la iglesia haga los milagros y en esta parte debemos prepararnos todos. En la primer iglesia ver milagros era natural pero esto no se frenó allí, sino que sigue, hoy debemos evidenciarlo. Seguiremos orando y creyendo hasta que todos tengamos esa actitud de creer y desarrollar los milagros porque Cristo hizo milagros y todo lo que se evidenció en el Señor está para la iglesia.

Testimonio – Hechos 16.  es una evidencia fuerte del Espíritu, la iglesia de Antioquia era tan parecida a Cristo que fue la primera vez que se les llamó cristianos. Muchos porque no quisieron renegar de su fe fueron muertos y castigados muy cruelmente, ellos abrazaron fuerte la causa de Cristo. Quizás tuvieron falencias pero reflejaron a Cristo en todos sus actos, el testimonio es una evidencia importante del evangelio. Debemos evidenciar a Cristo sin necesidad de palabras, que al vernos puedan ver al Señor. Las persecuciones vienen con el fin de frenar que el evangelio se extienda, al diablo no le preocupa si estamos quietos o entretenidos, pero que más fuerte le ataca es que nos activemos y evidenciemos el evangelio hacia afuera.

Dice la palabra que en el mundo vamos a tener aflicciones pero nos habla de que confiemos porque él ha vencido al mundo, caminamos con confianza en Cristo. El buen testimonio levanta resistencia y ahí es donde debemos estar más unidos al cuerpo de Cristo, nos acompañamos en oración, en palabra, necesitamos de nuestra comunidad de fe, servimos al que está al lado con honra y con respeto. El evangelio es integridad, debemos ser iguales en todas partes, podemos hoy vivir un evangelio eterno, pleno y  verdadero sin caer en los mismos errores que nuestros antecesores.

Envío: vemos cómo en la primera iglesia enviaban a otras iglesias en ayuno y oración a personas que daban a conocer a Cristo, porque necesitaban ser atendidas, podemos decir que una iglesia que evidencia el evangelio es una iglesia que envía. La iglesia que escucha la voz del Espíritu Santo no controla, no manipula a la gente, sino que envía para que el plan de Dios se concrete. Mientras más gente se envíe más el reino avanza y menos poder tiene el infierno. Debemos preparar a una generación para ser enviada y para que prepare el camino para el que viene.

“Le abrimos la puerta al Espíritu Santo para que marque nuestro destino y nuestra vida. Dios tiene algo más grande de lo que nuestros ojos humanamente pueden ver, Dios quiere usarnos somos vasos de barros y para eso se nos va moldeando y formando. Si el vaso de barro se rompe el alfarero lo vuelve armar, vuelve a depositar su gloria y su grandeza en él.  Dejemos que Dios una y otra vez nos forme a su manera, démosle la libertad al Espíritu Santo para que pueda sanarnos por nuestro bien y el de nuestras generaciones. Que podamos evidenciar al Señor, aun en nuestras debilidades nos hacemos fuertes en él, nos da dignidad y propósito. Que toda venda caiga de nuestros ojos, aun lo que no podemos ver ni entender sea roto por la Presencia de Dios para así evidenciar a Cristo en todas sus formas.”

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