Invitación de la sabiduría

9 de octubre de 2022

Mi oído está atento a tus palabras,
voy a buscar hasta encontrarte,
porque la riqueza y la gloria
yacen en la sabiduría
de conocer tu corazón.

Epígrafe por Yami Arce

Estamos leyendo Proverbios como iglesia y vemos que este libro abarca el principio de la sabiduría. No la pedimos o queremos para tener más conocimiento, sino para saber cómo vivir, cómo caminar en esta vida en la cual Dios nos ha dado un propósito y nos ha puesto una asignación. Dios no bendice formulas o maneras, sino que bendice corazones que obedecen sus principios para vivir la vida que él diseñó para cada uno de nosotros.

Somos el río que va donde va la corriente y los márgenes están puestos para que ese río no se desvíe de su rumbo. La palabra de Dios y estos proverbios son como los márgenes que nos llevan al cauce a donde Dios quiere llevarnos.

Dios nos bendice cuando tenemos la disposición de obedecer.

Proverbios 8:1-11 (NVI)  La sabiduría grita y no está escondida, no está preparada para unos pocos, sino que se da a conocer, se muestra, alza su voz, está en las colinas, en la vera del camino, en las encrucijadas, en las puertas, por todos lados, en todos los lugares públicos. La sabiduría hace una invitación de manera urgente y está personificada en Jesús, ¿Quién iba a las orillas de los ríos, por las colinas, quien entraba en las casas para hablar, o caminaba por los desiertos, por los jardines? Era Jesús, quien no se escondía, sino que daba un mensaje para la humanidad caída, impartía sabiduría en todo tiempo.

La sabiduría quiere darse a conocer, no se esconde, habla bien de la humanidad para que nos podamos encontrar con ella, busca librarnos de errores irreparables, del mismo camino de la muerte, de caer en las trampas de las mentiras del corazón perverso, de la gente engañosa, de la seducción de este sistema, de los placeres de este mundo que son momentáneos y arruinan nuestras vidas para siempre.

La sabiduría nos lleva a la vida que es Cristo para caminar en plenitud.

En la palabra nos habla que la sabiduría encontró a un Zaqueo, un ladrón, pero que Jesús al entrar en su casa dando el mensaje logró que se arrepienta y devuelva todo lo robado, transformando, cambiando y haciendo que el arrepentimiento trajera una restitución. La sabiduría no elige a los mejores, no anda buscando a quien no tenga errores, sino que busca a quien esté dispuesto a cambiar para que haga algo nuevo. Encontró también a un Saulo, perseguidor de iglesias, que mataba cristianos pero que al encontrarse con Cristo trasformó su vida, cambiándole el sentido y sacándole el concepto de que la sabiduría era solo conocimiento humano, para que entienda que era Jesús mismo viviendo en él. 

No todos le abrirán la puerta a la sabiduría, ni estarán a disposición para darle lugar, pero ella va a seguir clamando, insistiendo y en este tiempo encontró una comunidad, un cuerpo, una iglesia. Por eso hoy lo que vivimos para el mundo es locura, pero nosotros sabemos que es poder para los que creemos. Juan 1:2 (NVI) – 1º Corintios 1.24 y 30 (NVI) – Colosenses 2:3 (NVI)

Hay sabiduría y tesoros que están preparados para aquellos que le corresponden a Jesús.

Proverbios 8:12-17 (NVI) Entender que un Dios tan poderoso puede ser tan accesible hacia nosotros, puede correspondernos y darse a conocer, es maravilloso. Es muy grande poder ser dignos de escuchar la voz del creador de todo lo que existe, aunque a veces este sistema nos invada con distracciones para que no podamos escucharlo.

Un Dios tan poderoso que todo el tiempo nos habla también nos está confiando su plan, más allá de ser vulnerables o imperfectos. El mundo no entiende esta sabiduría pero nosotros que tenemos la verdad, escuchamos su voz, obedeciendo y experimentando lo maravilloso del corazón de Dios.

Proverbios 8:18-21 (NVI) Cuando habla de la cordura está hablando de alguien que no se guía por los impulsos, sino por el buen juicio. Podemos amar a Dios por lo que nos da pero lo más importante es amarlo por quién es él, por eso acá nos invita a amarlo y a conocerlo a él más que a todo.

Proverbios 8:22-31 (NVI) En San Lucas 3:22 vemos como el Padre se goza en el hijo cuando dice: este es mi hijo amado en el cual me complazco. La relación de Dios Padre y su hijo Jesús era de disfrute, lo que el Padre busca es que también podamos disfrutar de su presencia, de su compañía, que podamos estar complacidos con él así como lo hace con nosotros. Dios se gozó cuando su hijo le obedeció bautizándose.

Dios no se complace de lo que hacemos, sino de quienes somos.

Proverbios 8:33-36 (NVI) Esta sabiduría está accesible para cada uno de nosotros, nos atrae, la sabiduría tiene un propósito fundamental, la necesitamos para vivir. Como discípulos debemos entrar en una disciplina, debemos aprender, no son fórmulas, sino que el Espíritu Santo nos capacita y debemos mantenernos alineados. Jesús cuando estuvo en la tierra apartó a doce y tenían disciplinas que cumplir, orar y acompañar a Jesús en lo que hacía, le eran leales a su maestro. Hoy nosotros también tenemos disciplinas, la oración, la adoración, participar en nuestros grupos de vida son cosas que aumentan la sabiduría en nuestras vidas.

Hay tres cosas importantes que van a ser fundamentales en este tiempo:

1) Para atravesar las pruebas: Santiago 1:2-5 (NVI) cuando pasamos por distintas pruebas debemos analizar si producen en nosotros paciencia, constancia, analizar por qué las estamos pasando. La confianza no la vamos a encontrar en la desesperanza ni en los lugares incorrectos, sino en Cristo Jesús. Ninguno de nosotros estamos exentos de las pruebas, tribulaciones o perdidas, pero sí debemos analizarnos si estamos viviendo correctamente el Evangelio o es más fácil siempre que otro tenga las culpas de nuestras pruebas, no gestionando ni siendo responsable de lo que vivimos.

La sabiduría nos da la fuerza y la capacidad de atravesar cualquier prueba.

2) Para manifestar sus frutos Santiago 3:13-18 (NVI): hay un fruto que se expresa, se ve, que la sabiduría saca de nosotros. Esto es lo que debemos demostrar, aunque a veces nos cuesta la humildad y la imparcialidad, pero estamos aprendiendo, todos los días necesitamos que la sabiduría posea nuestro corazón.

3) Para tener pleno conocimiento de Cristo y su plan Efesios 1:17-21 (NVI): si miramos desde donde mira Dios vemos todas las cosas diferentes y eso es lo que busca con nosotros que veamos desde su posición para ver lo que Dios está haciendo.

Sabiduría no es la ausencia de errores, es la capacidad de arrepentirnos y la iniciativa de arrepentirnos y avanzar. Sabiduría no es la ausencia de problemas, es la capacidad y la valentía de confrontarnos y confiar en Dios. Sabiduría no es la ausencia de tensiones, es la capacidad de confrontar en amor manteniendo el vínculo de la paz.

 Debemos ver cuánto conocemos de Dios y cuanto él conoce de nosotros, como respondemos a cada situación, es por eso que necesitamos espíritu de sabiduría y revelación. Si solo nos quedamos en el plano terrenal de nuestras necesidades nos estamos perdiendo una riqueza y una oportunidad de conocer lo que ojo no vio ni oído oyó. Hasta que venga Cristo no vamos a dejar de conocer su belleza, su riqueza y la manifestación de su gloria, por eso la sabiduría debe poseer nuestro corazón para atraer un conocimiento de lo que está sucediendo pero también de lo que ha de venir.

Si no tenemos este espíritu de sabiduría y revelación podremos apostatar de nuestra fe, pues lo que viene los próximos años colosal. Dice la palabra que el amor de muchos se enfriará y cuando estemos en su presencia muchos le diremos lo que hicimos en su nombre y él nos dirá que no nos conoce porque hicimos las cosas en nuestras fuerzas, sin intimidad, será un momento muy fuerte. Por eso en este tiempo Dios nos ha traído para que el espíritu de revelación y sabiduría gobierne nuestros corazones.

Busquemos estar en pie en el día malo, estar en pie ante este sistema ideológico y perverso que cada vez habla más fuerte, escuchemos la voz de la sabiduría dejando que posea nuestro corazón para que cuando estemos delante del Señor escuchemos: ¡buen siervo y fiel en lo poco fuiste fiel en lo mucho te pondré! Que preciosa será esa declaración por eso necesitamos vivir la sabiduría.”

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