Buenas noticias

1 de agosto de 2021

“Yo voy a incubar tu Espíritu
en lo más profundo del mío.

Te voy a llevar
a lo secreto, a lo escondido,
para mostrarte lo que
nadie ha visto ni oído.

Voy a gestar tu corazón
en la intimidad del mío.

Voy a darte forma
en lo secreto.
Voy a hacer nacer de la
intimidad lo que
todavía no ha existido”.

Poema por Yamila A.

Dios viene hablando de las prioridades y voy a comparar esto con una mujer embarazada, que cuando se entera de la noticia comienza a organizarse conforme al niño que está creciendo en su vientre. Todo va cambiando, va mutando porque hay un niño en gestación y hay que prepararse para recibirlo. Dios en los próximos días va a hacer cosas tremendas porque su palabra no vuelve vacía, sino que se cumple y necesitamos priorizar en cosas que tienen que ver con los tiempos que vienen por delante.

El bebe que se está gestando y que va a nacer necesita de la atención, de forjar un ámbito saludable que acompañe a su crecimiento. Muchas veces no vemos los resultados porque no acudimos a ese llamado o a esa palabra que hemos recibido. La iglesia de Jesucristo es un vientre porque constantemente está dando a luz, dando prioridad a las cosas que Dios viene hablando. Cerramos los oídos a críticas, a situaciones difíciles que estamos viviendo y nos centramos en cuidar para cuando llegue la fecha. No importa la pandemia ni nada de lo que pase, hay que dar a luz, hay cosas que requieren atención y son una prioridad.

Se avecinan tiempos tremendos en Dios pero también difíciles para aquellos que no están firmes, hoy no hay grises, es frío o caliente, hay que determinarse por uno o por otro. Estamos en tiempos extremos, pero también sabemos que donde abundó el pecado sobreabundo la gracia. ¿Cuál es la visión de quien está por dar a luz?, ¿qué será lo que Dios tiene preparado para la iglesia? Todo lo que nace de Dios está por sobre la maldad y sobre el pecado. Todo esto nos produce querer saber más, nos provoca más hambre, no sabemos que vamos a comer pero el apetito va cambiando cuando probamos lo que viene de Dios. Cuando nos acostumbramos de probar la esencia en la Presencia de Dios no vamos a querer otro alimento.

Hechos 9:1- 6 (NTV) Hay dos actores principales, vemos a Saulo de Tarso que era indomable y que de la única forma que se lo podía domar para que pueda escuchar era dejándolo ciego. Jesús lo confronta preguntándole por qué lo perseguía. La respuesta de Saulo fue que no lo perseguía a Él, sino a sus seguidores. De acuerdo al nivel de determinación que tenía Saulo de Tarso debía ser el encuentro con Dios a un nivel extremo. Saulo representa al que viene por primera vez a la iglesia, no está relacionado con el tiempo de discipulado que tenía, sino con un encuentro sobrenatural que tuvo con Dios.

Nadie se animaba a acercarse a Saulo, a predicarle, por eso quedó ciego. Sabemos que cuando Dios tiene un propósito con alguien usa lo que sea, aun una forma tan extrema. El ámbito sobrenatural en el que vivimos  va a provocar cosas que nosotros no vamos a poder lograr y no se trata de manipular a las personas, sino que es porque el Espíritu Santo vive en el corazón.

Saulo estaba recibiendo directivas de su propósito eterno. Hechos 9:6-12 (NTV) ¿Qué tuvo que hacer Dios? Lo deja ciego entrando en un estado profético viendo de antemano lo que va a suceder. Del otro lado está Ananías, a quien también Dios le da directivas de lo que sucederá, detalles para que tenga en cuenta.

¿Cuál es la plataforma que se da en la conversión de Saulo de Tarso? Es una plataforma profética, de lo sobrenatural, es una conversión conectada en uno. Podemos ver el nivel de unidad que existe, Ananías por un lado escuchando la voz de Dios para saber qué debe hacer y por el otro a Saulo oyendo la voz para que se concrete todo. Tanto Saulo como Ananias se hacen uno por escuchar la misma voz para cumplir el propósito.

No es muy diferente el tiempo de Saulo a este tiempo, ¿Cuál es la plataforma donde se va a mover la iglesia de Jesucristo en este tiempo? La plataforma de lo sobrenatural, este es tiempo en que van a subsistir aquellos que son espirituales. No estamos hablando de misticismo, sino de gente de oración, de la palabra, gente dispuesta a cumplir el propósito de Dios.

Saulo de Tarso quería arremeter en contra de los seguidores de Jesús, necesitaba la habilitación legal para hacerlo. Mientras Saulo estaba pensando cómo hacer, el Señor estaba soñando con él, en ningún momento el Señor pensaba en castigar a Saulo. Dios tenía un trato no solo para Saulo sino para Ananías también.

 Hechos 9:13-15 (NTV) Vemos en este pasaje cómo un Padre estaba soñando con su nene terrible (Saulo). Dios nunca dejó de soñar con nosotros a pesar de que hicimos cosas terribles, así es el amor de Dios que ama más allá de lo difícil que sea la persona. La respuesta de Ananías fue asegurarse que Saulo no cambie de opinión, para seguir con su misión. Benditos en este tiempo son los Ananías que no les importa el riesgo que corren porque están dispuestos a estar en el lugar, tiempo y con las personas correctas. Solo les importa obedecer lo que Dios está marcando para sus vidas. Ananías fue el papel principal de esta historia, pues debía estar bien seguro para acercarse a un Saulo con los antecedentes que tenía.

Benditos los Ananías y los Pablos que van a trastornar, no cambiaron su visión, sino que siguieron a lo que Dios les marcó. Quizás muchos vamos a pedirle a Dios que nos cambie la situación, pero el Señor nos pide que canalicemos la manera, la actitud y el carácter. Dios no cambia el carácter de Saulo, sino que le pide que con la misma intensidad con la que perseguía a los cristianos la use para rescatar a los perdidos.

Saulo de Tarso recibió una conversión en una plataforma sobrenatural, asimismo cada vez que se adore, que se convoque a ámbitos de gloria será normal que los que pasen por las puertas o invitados, que vengan por primera vez a la iglesia, avancen a paso agigantados porque Dios está acelerando los planes sobre esta generación. Ya el enemigo ganó mucho territorio pero no quedará así porque donde hubo pecado sobreabunda la gracia, hay una generación que se levanta.

Declaremos “Yo y mi casa serviremos a Jehová” porque aunque veamos que nuestros hijos están perdidos hoy, sabemos que cada palabra sembrada en su corazón dará el fruto a su tiempo. Seguimos orando y profetizando porque la alegría será el banquete que haremos cundo vuelvan a Cristo. Debemos estar fortalecidos, no tristes, para poder celebrar ese momento. Necesitamos una experiencia tan profunda con el Señor para que ese momento nos encuentre con el corazón sano, con un amor tan profundo como Dios tiene para con nosotros. Ese amor que quita toda oscuridad, que libera de todo temor, ese amor de Dios con el cual vamos a abrazar y a liberar.

Benditos los que se levantan como Saulo y Ananías en este tiempo con visiones, atentos a la voz de Dios para obedecer y abrazar a esos corazones con necesidad. Hechos 9:26-27 (NTV) Acá podemos ver a Bernabé, sus ojos están viendo el potencial. A Saulo no lo enviaron a predicar, él fue porque estaba apasionado. Cuando hay pasión en el corazón nadie nos empuja, lo hacemos por amor. Con una generación apasionada, transformada se cambiará la vida de muchos que están en la condición de Saulo porque Dios es quien hace el milagro. Hoy no se trata de una lucha de argumentos, se trata de la esencia de la sobrenaturalidad de Dios. Esta pandemia ha dejado ciegos a muchos como a Saulo porque era de la única manera que podían poner atención a Dios.

“El Señor está levantando a personas como Saulo que escuchen la voz de Dios,  como Ananías que le crean a Dios. Prepárate, iglesia, en tus manos Dios pondrá paños para limpiar heridas, te levantarás con una paternidad para enfocarte y direccionar en lo que es prioridad. Deberás velar para que tus hijos hablen de lo que Dios ha hecho pero no como avivamientos que pasaron sino que cuenten la realidad de lo que se está viviendo hoy, un avivamiento en el Espíritu Santo. Declaramos que el poder de la resurrección de Jesucristo se manifiesta para poder resucitar todo lo que está muerto. Veremos más allá de lo que estamos acostumbrados a ver. Nuestras manos sanarán de la vista a una generación que está cegada, manos de amor que sanarán de la ceguera a muchos como a Saulo de Tarso. Nos haremos cargo de generaciones que Dios cambiará, no son generaciones perdidas, no nos basamos en lo que vemos, sino que creemos en lo que Dios hará. Resucitan los hijos que estaban muertos porque nuestras manos están cargadas de alimentos. Es el tiempo de alimentar al hambriento y al sediento. No todo está perdido porque Dios nunca llega tarde.”

 

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