Confianza en el descanso

11 de julio de 2021

Quiero aprender a descansar,
soltar el peso y confiar.
Confiar en vos, el Dios que no muda,
que enmudece el viento y aquieta el mar.

quiero aprender a descansar,
soltar de una vez por todas esta necesidad voraz de querer tener el control de todo, lo que en realidad, solo vos podes controlar.

estoy dispuesta(o)
a confiar,
correr a tus brazos,
soltar el peso
y descansar.

Poesía por Yamila A.

La pandemia que estamos viviendo ha sido muy difícil para muchos. Dios nos habla y dice que así como como Moisés subió al monte al encuentro con Dios y descendió con su rostro resplandeciente, esta pandemia hará lo mismo con muchas personas, pero solo dependerá de que cada uno de nosotros descanse en Dios.

Hay muchas cosas que nos roban el descanso, en la Biblia encontramos muchos pasajes que nos hablan sobre él. Debemos saber que es uno de los mandamientos de Dios, pero es uno de los más difíciles de cumplir.

Vivimos en una cultura que no sabe descansar y si descansamos nos critican. El descanso es ofensivo para esta cultura, pero más ofensivo es no descansar para Dios.

Éxodo 31:12-15 (NTV)

En este tiempo muchos estaríamos muertos si hoy esto seguiría vigente, el descanso para Dios es muy valioso. Esto no se refiere a dormir, o no hacer nada sino de hacer lo más importante para Dios, que es estar con Él. Dios también descansó al séptimo día pero no por estar cansado sino para mostrarnos que debemos disfrutar de su Presencia. Dios quiso ser uno con el hombre en el día de descanso.

A Dios le interesa que podamos confiar en Él, pero muchas veces cuando Dios nos pide descansar y no lo hacemos entendemos que:

Amamos tener el control: ese día de descanso nos ponemos a adelantar cosas, a trabajar un poco más para tener algo extra. Amamos saber que podemos ser propios artífices de nuestro destino. Nuestro pensamiento es que si lo damos todo vamos a obtener algo más grande. Cuando evitamos el descanso eso nos revela que amamos tener el control. Pensemos en algún área de nuestra vida donde Dios ya nos reveló que debemos detenernos un poco, ¿qué nos provoca?, ¿nos alivia o molesta esta situación?

Pensamos que si Dios nos dio la habilidad de trabajar ¿por qué nos pide que descansemos? es que Dios quiere que seamos dependientes de Él. Pero el pueblo de Israel dependían de ellos mismos, por eso cada vez que Dios le pedía que descansen era para recuperar esa dependencia que Dios decretó en el Edén, pero no lo entendían. Dios constantemente nos invita a descansar y depender de Él, pero nuestro planteo es estar atento siempre a lo que está pasando con nuestro negocio, empleo y demás.

Si no estamos acostumbrados a descansar muchas veces nos sentimos inútiles por no hacer nada como si haciendo algo nos volviera útiles. En muchas oportunidades hacemos cosas pero inútiles a los ojos de Dios. Porque para Dios es más productivo que trabajemos seis días y descansemos uno, que trabajemos siete días seguidos. La falta de descanso nos lleva a perder el control y a hacernos dependientes de ello pero lo peor es que nos vuelve desconfiados de Dios. El descanso y la confianza son dos caras de la misma moneda. Cuando no podemos descansar lo único que nos revela es nuestra falta de confianza en Dios. “Descanso es confianza”

¿Qué cosas nos quitan el descanso, que cosas nos llenan de desconfianza? y ¿cómo esta nuestra confianza en Dios? Casi siempre nuestro cansancio y estrés tienen que ver con nuestra falta de confianza.

San Mateo 8:23-27 (NTV)  Jesús durmiendo en medio de plena tormenta nos habla de una confianza plena en su Padre, vemos a los discípulos con Jesús en la barca completamente estresados y preocupados. A cuántos de nosotros muchas veces nos pasa que cuando pasamos tormentas fuertes nos preocupamos, nos alteramos por ello y no descansamos en Dios, sabiendo que Él nos da todo lo necesario para pasarla.

Si no confiamos en Dios vamos a estar llenos de temor en circunstancias donde Dios ya nos dio la solución. El temor es una mentira que se apodera de nosotros y nos quita la confianza en el Señor. El temor viene por la enfermedad y Dios nos recuerda que es nuestro sanador, muchas veces viene por la muerte y Dios nos recuerda que Jesús resucitó al tercer día, otras veces viene por necesidades económicas y Dios nos menciona que Él es nuestro sustento.

Cada vez que aparece el temor aparece la falta de descanso robándonos la relación de confianza con nuestro amado. Cuando confiamos el temor desaparece, aun en la situación más preocupante podemos descansar en su Presencia. La paz de Dios es eterna porque el Príncipe de paz vive en nuestras vidas, la ansiedad tiene fecha de vencimiento, debemos  volver a recuperar esa relación de confianza con el Señor.

Debemos arrepentirnos por no confiar en el Señor, el arrepentimiento es dulce. Las intenciones de Dios siempre son buenas aun cuando estemos pasando por el valle de sombra y de muerte. Si no creemos que Dios quiere lo mejor para nosotros, el confiar va a ser muy difícil. En el Antiguo Testamento si no se descansaba la gente moría, hoy Dios nos enseña que el descanso tiene que ver con la confianza en Él. No tiene que ver con lo que hacemos sino con la posición de nuestro corazón. Entregarle áreas de nuestras vidas a Dios que por años nosotros llevamos el control. Se torna difícil pero no es imposible, Dios siempre nos va a dar lo mejor.

La falta de descanso nos llena de preocupaciones, la preocupación nos doblega, nos envuelve en algo que es recurrente. Debemos pensar una y otra vez en las promesas que Dios tiene para nosotros en lugar de preocuparnos constantemente.

Isaías 58:13-14 (NTV) nos habla de disfrutar del día de descanso y honrarlo, no lo vemos como un mandato religioso, el día de descanso se creó para el hombre, es para nuestro deleite, es un beneficio. Si no aprendemos a descansar en algunos años vamos a perder ese fuego que debemos tener en nuestras vidas, si nos agotamos vamos a debilitarnos en la oración, en la búsqueda. El descanso no es solo para nosotros sino también para nuestras generaciones, muchas veces vemos padres ausentes porque son activistas para traer dinero a sus hogares, pero es más importante pasar tiempo con nuestros hijos. Necesitamos un cambio de paradigma, el día que apartemos para estar con Dios nos va a llevar a tomar las mejores decisiones para nuestras vidas, experimentaremos lo que nunca antes vivimos: la sabiduría, la paz, el gozo, la habilidad de escuchar la voz de Dios. San Mateo 11:28 nos invita “Venid todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os hare descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”

“El descanso revela nuestro nivel de confianza. Cuando empezamos a confiar en Dios recibimos su guía, entonces todas las decisiones que tomemos en nuestras vidas, por nuestras propias fuerzas, se vuelven obsoletas y empezamos a caminar confiando en Él. Sabiendo que sus sueños son mejores que los nuestros. Debemos volver a recuperar nuestra confianza,  llenarnos de su paz, de su misericordia y de su gracia. Dejemos de ser irritables y obtengamos la calma con autoridad para sembrar su paz a donde vayamos y los que nos rodean puedan sentir el descanso que viene del cielo.”

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