Construimos cimientos nuevos

9 de mayo de 2021

«Me paro y observo,
dejo de edificar, solo
por un momento
para ver si son correctos
mis fundamentos.

a veces es mejor ir lento,
que construir y que
todo se derrumbe.
incluso si debo dejar
que las paredes se caigan,
prefiero celebrar
en medio de los fundamentos
lo que tú edificarás en mí,
cuando sea el tiempo.

porque sé que aún
si estoy parada en medio
de ruinas desoladas,
tú no te vas, tú te quedas conmigo
y me dices que podamos volver a edificar».

Poesía por Yamila A.

Hageo 1:12-14 (RVR)

Este profeta supo oír la voz de Dios y obedeció profetizando al pueblo. También en Hageo 2:4-5 vemos como Dios le da indicaciones, él no cambia, el mismo que sacó al pueblo de la esclavitud es el que ahora manda a que se despierten y se esfuercen.

Hageo 2:23 (RVR) “En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.” 

Dios nos pone como anillo de sellar. Los reyes en la antigüedad con el anillo sellaban los decretos, todo lo que estaba sellado se debía cumplir, no había opción. Dios nos envía como ovejas en medio de lobos, pero nos dio autoridad para hollar serpientes y escorpiones y nada nos dañará porque el Señor estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Esdras 5:1-2 (RVR) comenzaron a reedificar el templo, muchas veces el enemigo destruye en nuestras vidas muchas cosas porque somos templo del Espíritu Santo, somos la huella de Dios y es lo que el enemigo quiere borrar, pero no se lo vamos a permitir.

En Esdras 3 ellos comienzan con los cimientos antes de reedificar y es muy importante esto, porque si no se comienzan bien los cimientos vienen las consecuencias. Hay cosas de nuestras vidas que quizás debemos erradicar,  por eso no avanzamos porque no las tratamos. Muchas veces no nos humillamos delante de Dios, ni de la gente porque necesitamos tener o sentir poder para sentirnos alguien  y vemos las consecuencias que padecemos.

No lo hacemos a propósito porque a todos nos puede pasar, pero en la palabra nos menciona que no debemos tener un concepto más grande de sí mismo que el que debemos tener. En algún momento que estamos mal podemos pensar que nos podemos valer por sí mismos y es ahí donde al no trabajar esos cimientos podemos padecer lo que viene después por no saber humillarnos. Padecemos consecuencias por todos lados si no los trabajamos: ¿cómo están nuestros cimientos? No es algo que en algún momento termina, al contrario siempre debemos trabajar en ellos. Pero nos dice en el capítulo 3 que lo primero que hicieron fue trabajar en los cimientos, Esdras 3:11-12  nos menciona que cantaban de alegría porque los ancianos habían visto como estaban los cimientos de la casa pasada, que los enemigos habían destruido y al ver reconstruidos los cimientos nuevos era tremendo su gozo para celebrarlo. Ellos estaban cautivos viendo como todo era destruido por eso lloraban de alegría al ver lo nuevo.

Muchas veces quizás nos pasaron cosas en nuestro pasado por las cuales fuimos cautivados, desde la niñez que nos han llevado a tomar decisiones que eran impensadas por nosotros. Por eso Dios nos dice hoy que empecemos por los cimientos para poder hacer el altar, necesitamos esforzarnos en esto porque tenemos que aprender a reconstruir.

Isaías 61 nos menciona que se reconstruirán las ruinas de muchas generaciones, cosas que dejaron nuestros antepasados destruidas, repitiendo siempre la misma historia. Hay líneas en las cuales debemos plantarnos en ciertos cimientos y reconstruir unos nuevos para que las generaciones que nos siguen no tengan que padecer las consecuencias. Necesitamos aprender a reconstruir.

El pueblo gritaba de alegría, pues eran los de la deportación del pueblo que venía con Zorobabel. Comenzamos a trabajar en los cimientos y debemos cantar de alegría, debe venir el gozo de Dios a nuestras vidas. Por más que nos hayan dañado o hayamos estado cautivos podemos amar, entender y ver con los ojos de Cristo, parados en la roca con cimientos firmes.

Construimos sobre lo seguro para mantenernos firmes, Dios se glorifica en nuestra debilidad y aun con las pocas fuerzas que tenemos podemos disfrutar de los milagros. Tengamos cuidado aun de nosotros mismos porque podemos ser nuestros más peligrosos enemigos y quizás peleamos con enemigos externos que no existen.

“Necesitamos darle la gloria a Dios en nuestras adversidades, nuestro Dios ayudador siempre estará, pues lo prometió. A pesar de lo que venga por delante podemos tener la capacidad de mantenernos firmes, necesitamos reconstruir nuestros templos siempre hasta que el Señor venga. No es para algunos, es para todos. Debemos trabajar en los cimientos siempre porque el enemigo va a querer venir a derribarnos, pero tenemos que poseer la capacidad de levantarnos nuevamente y volver a construir. Peleamos nuestras batallas cada día construyendo piedra sobre piedra para servir a aquel que nos dio la vida, que nos llamó, que nos estableció, que nos amó, que nos cuida y que no nos abandona.”

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