Hasta que llegue ese día II

“Llénanos de tu sabiduría,
del conocimiento, de lo
que en tu corazón habita.Nuestros ojos solo
desean encontrarse
con los tuyos
algún día.
Nuestro espíritu
clama por tu venida.Como una novia que
espera al novio,
queremos amar tu venida”.Poema por Yamila A.
Nos preparamos para el día glorioso de la venida del Señor, la cual, los profetas hace miles de años nos mencionaron. Ese día del que Jesús predicaba, del cual Pablo habló y de la actitud que tenemos que tomar hasta que llegue ese día. La palabra de Dios es la que transforma y es la que nos direcciona a todo lo que Dios habló y como espada de doble filo penetra hasta traer convicción a nuestra vida. El río de gracia de Dios está muy conectado con tener los ojos puestos en el día del Señor.
Filipenses 1:6 (NTV) Pablo nos habla que Jesús comenzó una obra la cual tiene un final en el día de Jesucristo. Dios solo puede perfeccionar lo que comienza, la obra más maravillosa que inició fue la iglesia. En San Mateo 16 podemos ver cómo Jesús lleva a sus discípulos al lugar más oscuro para revelar la idea más gloriosa. Cesarea de Filipo, como lo menciona la palabra, era el lugar más pagano donde se realizaban cultos hacia sus dioses, se encuentra ahí una cueva llamada “puerta del infierno” y donde también se hacían sacrificios humanos. Allí Jesús mencionó que fundamentaría su iglesia declarando que las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella. Lo que declaraba Jesús era que en esa cueva iban a matar a sus seguidores pero así como los matarían a la vez los multiplicarían y a la vez que los persigan los iban a expandir.
Jesús funda esta obra que es la iglesia, la cual en dos mil años de historia vemos como ni los ateos, ni los enemigos de Dios, ni los errores de los mismos cristianos la pudo detener. La iglesia prevalece y en Efesios 5:27 nos dice que al final Cristo presentará para sí mismo una iglesia gloriosa y la mejor versión de la iglesia se va a seguir viendo en los días más oscuros porque todo lo que Dios comienza lo perfecciona.
Pablo nos menciona que esa obra tiene un render que es el día de Jesucristo. Vamos a ver muchos obstáculos en el camino, vamos a tener cuesta arriba el camino del cristianismo, vamos a ver momentos donde la oscuridad parece que avanza, pero si tenemos el render claro, la obra final del día glorioso hacia el cual vamos; superaremos cualquier obstáculo porque pase lo que pase o venga lo que venga esta obra será perfeccionada y se exhibirá en el día de Jesucristo.
Los últimos tiempos nos muestran el cuadro final, solo los que ven y entienden ese cuadro pueden comprender los trazos del proceso. La iglesia ha perdido de vista ese día glorioso, Satanás se ha encargado de robárnoslo y si no aclaramos o establecemos el lugar de destino en algún momento nos vamos a quedar en el camino. Necesitamos restaurar la visión de ese día.
En la Biblia vemos un veintiséis por ciento de ella que nos habla de las profecías de los últimos tiempos y la mayoría gira en torno de la venida del Señor. Es decir, ese día es un grito en la Biblia, tenemos que gritar lo que la ella grita, hablar lo que ella habla y callar lo que calla. Los últimos tiempos son un grito en la Biblia y por cada mención de su primera venida hay ocho de la segunda venida.
La Biblia nos grita que más allá de los argumentos humanos, del humanismo que se ha metido en la iglesia y de nuestras excusas, restaurar la visión de ese maravilloso día va a impartir un combustible a nuestras vidas, nos acelerará los procesos y los trazos perfeccionando la obra que el Señor comenzó. Por eso hoy debemos decidir si vamos a ser bíblicos o vamos a dar nuestras opiniones.
Según la Biblia habrá tres clases de personas en este tiempo: los sabios, los necios e insensatos y los malvados. Los sabios son las personas que alinean su vida a la palabra, toman la narrativa bíblica y definen lo que pasa según la Biblia; el necio o insensato rebaja la palabra a la realidad, se corre de la palabra y el malvado busca detenerla. Entonces hay tres cosas que la iglesia debe hacer: crecer en sabiduría, predicarle a los necios que son gente ignorante, que desconocen la narrativa bíblica, a los cuales Dios les está dando oportunidades a través de las muchas de las cosas que pasan y orar por los malvados.
Tener en claro ese día y todos los acontecimientos será certero para la iglesia. Jesús es el que era, el que es y el que ha de venir, es decir, es pasado, presente y futuro. La iglesia sabe mucho del que era, algo del que es y casi nada del que ha de venir. Tenemos que creer en el que era, experimentar en el que es y prepararnos para el que ha de venir. Por eso la reforma que viene es la del que ha de venir porque en la reforma protestante se restauró al que era, ese que murió en la cruz, que trajo libertad, salvación por gracia, allí se reivindicó al que era. En la nueva ola de reforma experimentamos al que es dejando vigente que el que era es hoy, el que sanaba sana hoy, el que restauraba familias lo hace hoy también, Dios no está muerto, el que lo hizo lo hará otra vez, el que vino está entre nosotros, hoy somos frutos de esa reforma. Ya restauramos gran parte de ella, pero hoy estamos ante un gran desafío: el que es ha de venir.
1 Corintios 13 habla de que pronto le veremos cara a cara, cuando se nos revela el día se activa la misión. Ese día que va a pasar pronto, el mismo que estuvo hace dos mil años en la tierra, el mismo que mucha gente vio en Israel, ese Jesús hijo de Dios, ese judío que viene del linaje de David todo ojo lo verá, como dice su palabra. Daniel en su libro menciona que habrá una generación que verá al hijo venir en las nubes.
Hechos 1:11 (NTV) la iglesia primitiva quedó mirando el cielo porque vio irse a Jesús, pero la iglesia de este tiempo mira el cielo porque lo verá volver. Apocalipsis 11 habla del caos que se vive en este tiempo donde la iglesia es cada vez más iglesia y el mundo es cada vez más mundo, donde el trigo y la cizaña crecen juntos pero cuando venga el hijo del hombre se encargará de separar. Habrá un anuncio del cielo donde dirá que los reinos de este mundo pasarán a ser los reinos de Jesucristo y él reinará por los siglos de los siglos. Apocalipsis 5 nos menciona que el Padre toma el rollo y declara que ha llegado el día, nadie lo sabe solo el Padre, ni los ángeles saben cuándo será la hora, su palabra nos menciona que nos hará reyes y sacerdotes para gobernar sobre lo que Dios declaró. Jesús se encarga de alinear a los que entienden que este es el día. Asimismo se alinearán un grupo de personas que querrán detener a Jesús y dice Apocalipsis 17 pelearan contra el Cordero pero el Cordero los vencerá haciendo santos, fieles y escogidos a los que están con El.
Todas las señales apuntan a que ese día está muy pronto, San Mateo 24 nos menciona que cuando las señales sean como una mujer encinta, es decir sean más frecuentes, más seguidas, lo que no significa que está perdiendo el control, sino que está perfeccionando la obra que comenzó. Ese día cuando Jesús venga a reinar sobre la tierra y todos los reinos de este mundo sean destituidos entonces gobernará junto a la iglesia transformando a sus hijos.
Hay tres cosas que deben estar en la escena del regreso de Jesucristo, Israel en su tierra nuevamente, pues por dos mil años no lo estuvo, Jerusalén vuelve a ser su capital y la pronta construcción del nuevo templo. Pero hoy la iglesia sigue dormida, está haciendo mucho pero no tiene claro la dirección. 1 Juan 3:3 nos menciona que todos los que tienen la esperanza del regreso del Señor se vuelven más activos, vencen hábitos y se renuevan.
1 Corintios 15:19 (LBLA) ¿Cuál es nuestra mayor esperanza de futuro? debemos anhelar esa esperanza gloriosa, tenemos que amar esa venida, en cada cosa que hacemos estamos viendo el modelo final. Por eso Satanás quiere robarnos eso y lo ha logrado porque la iglesia de hoy no habla del que ha de venir, el enemigo ha logrado corromper la venida de Jesús con algo negativo, torciendo la idea por eso nadie hoy la espera. Jeremías 23:22 nos menciona que en los últimos tiempos Dios traerá claridad acerca de esto. Hoy declaramos “Maranatha” sabiendo que entendemos el tiempo en el que vivimos.
Cuando la iglesia no entiende y pierde el día de su boda cae en pecado, pierde el propósito y arruina el plan de Dios pero cuando la iglesia entiende ese día se perfecciona. 2 Tesalonicenses 2:1-4 nos menciona que Satanás hará lo imposible para que no pase ese día y Apocalipsis 12:12 dice también que cuando Satanás sabe que le queda poco tiempo arremete con todo pero ese ataque no significa que va ganando, sino que va a perder todo. Debemos mantenernos mirando el modelo final, tenemos que perseverar hasta el fin porque tenemos claro hacia dónde vamos.
El día del Señor es imparable, su palabra nos menciona que los cielos retienen al Señor, por eso nos alineamos a lo que viene o nos perdemos. Para el regreso de Cristo no debemos votar para que suceda pues escrito está que Cristo vendrá a gobernar en todas las naciones. Debemos entender que el Señor nos perfeccionará para ese día glorioso, pero sabemos también que muchos apostatarán, perderán su fe y Satanás se llevará a muchos.
Sabemos también que el Señor perfeccionará nuestra intimidad, nuestra comunidad y la misión. En Mateo 24 nos habla del evangelio del reino y Jesús menciona que cuando veamos las pandemias y miremos el día Dios nos dará denuedo, unción y efectividad. Tiraremos la red y el Señor nos dará mucha pesca, traerá a personas que quizás parecían imposibles a nuestros ojos, eso es una gracia que se activa cuando miramos el día. Una cosa es llenar el templo de gente y otra muy distinta es llenar a la gente de Cristo, de esperanza. Dios no solo restaurará nuestra mente, sino que nos dará un cuerpo glorificado y una naturaleza gloriosa.
“Dios levantará una iglesia, cuya mayor esperanza de futuro sea ver a Cristo glorificado, siendo purificada al amar su venida. Cuando el Señor venga nos preguntará cómo nos hemos preparado para ese momento, en el día de la boda diremos que hemos peleado la buena batalla, hemos guardado nuestra fe, estando listos para recibir al Amado. Dios perfecciona, la misión de la iglesia, perfecciona la comunidad de fe compartiendo el evangelio en el templo y en las casas todos los días. Asimismo la iglesia de los últimos tiempos es perfeccionada en intimidad, si permanecemos en el amor del Padre Él nos protegerá, nos dirigirá y nos dará victoria en las batallas más difíciles.”