Recrear

“Recréame.
Reconstruí en mi
todo lo que no está firme,
todo lo que tambalea.
hacé de mis ruinas
monumentos de tu gloria,
estandartes de tu gracia.

Recréate.
recréate dentro mío,
así como el sol que renace
en el cielo, y todos los días
proyecta tonos distintos.
Se libre en mí,
recréate cuántas
veces quieras”.

Poesía por Yamila A.

Dios nos da esta palabra para este nuevo trimestre: RECREAR. El libro de Isaías dice “los recrearé en mi casa de oración” lo cual tiene que ver con dos aspectos importantes: el primero es un ambiente donde somos recreados, animados, inspirados, renovados de corazón y de espíritu, es modelar una escena. El segundo aspecto es una imagen, un ambiente, volver a hacerlo y crearlo. Recrearnos en la casa de oración tiene que ver con un bienestar personal para cada uno pero también modelar para lo que fuimos creados mostrando diariamente la imagen de Dios.

Cada vez que Dios nos reúne en un lugar generando estos ambientes nos recrea emocional y espiritualmente para ser bendecidos, llenos y en plenitud para volcarlo en el lugar en donde estemos. Es un gran desafío recrear la imagen de un Dios tan grande, tan poderoso, tan hermoso en los ambientes en donde nos encontramos diariamente, es la tarea realmente de un discípulo de Jesús y lo debemos tomar como un privilegio.

La casa de oración es el lugar correcto donde tenemos que estar, la falta de plenitud es la que nos lleva a estar en un ambiente de temor, de pánico, es la ausencia de no estar en Cristo que es el lugar propicio.

 ¿De dónde vienen las guerras, las disensiones, las ansiedades, las depresiones? Es la ausencia de recrearnos en aquel que nos creó: Cristo Jesús. Cuando hay ausencia de Cristo abrimos la puerta dando lugar a todo lo que Satanás nos ofrece,  quien nos muestra un camino ancho para recrearnos en lugares y personas incorrectas, lo que produce una satisfacción momentánea pero un dolor permanente. Recrearnos en Jesús es sentir la plenitud de quien nos creó para disfrutar de Él mostrando esa imagen y plenitud.

“Los llevare a mi santo monte y los recreare en mi casa de oración y aceptare sus holocaustos en el altar y se convertirán en casa de oración para todos los pueblos”. Jesús no vino a establecer un evangelio irreal sino un modelo de vida posible que empieza en los hogares modelando una familia a su imagen.

Él es nuestro alfarero quien toma las vasijas que están rotas en pedazos y las vuelve a armar para hacer ese modelo extraordinario. Dios no desecha nada, por el contrario, diseña la forma correcta. Es un tiempo de disfrutar de la Presencia de Dios pero también de dejarnos modelar a la imagen de Dios.

El pasaje de este mes es 1º Corintios 2:9 (RVR) “Antes bien como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” Dios vino a romper paradigmas, no existe comparación porque hay un modelo único que es Cristo Jesús. Cuando miramos a Cristo vemos todo lo necesario para ser perdonados, limpios y amados. Si nos sumergimos en su amor vamos a descubrir un nuevo modelo, disfrutando así de un tiempo de refrigerio.

Juntos como Iglesia leeremos en este nuevo trimestre (abril, mayo y junio) el libro de Esdras, Nehemías (que fueron llamados a reconstruir) 1º y 2º Corintios y San Marcos.

Esta es la palabra que Dios nos dio para este segundo trimestre:

“La expectativa por lo que vendrá alimenta la pasión con la que buscamos a Dios y nos conducimos en santidad en nuestra vida cotidiana. Evocar el retorno de Jesús ya es parte de nuestra conducta y es la esperanza firme que nos abre la puerta a un nuevo nivel de alegría disfrutando de nuestra vida. Hemos recibido golpes estratégicos del enemigo en todo este tiempo pero en su mayoría apuntando al mismo lugar: generar desánimo y perder el gozo. Por eso somos estratégicos para responder a esos ataques. El lugar donde somos recreados es nuestro refugio, donde volvemos al diseño original: su casa. Jesucristo es nuestro hogar, nuestro refugio y la Iglesia como comunidad de fe y casa local, se constituye en una muestra de su amor manifestado. Sera un tiempo de renovación de fuerzas, de alegrías, retomaremos proyectos postergados y el vino nuevo será la señal más clara de su Presencia en nosotros.

Niños, adolescentes y jóvenes van a cantar una nueva canción, los adultos y ancianos despertarán a un nuevo nivel de visión. Lo que sucederá con nosotros en esta nueva etapa será como una nueva obra de arte que ha sido golpeada por el paso del tiempo pero que al ser restaurada por las manos del maestro, no solo recobrara su belleza antigua, sino que también se convertirá en tendencia por la nueva forma adquirida. La imagen de Jesús se materializa y esa realidad producirá un choque con este sistema trayendo transformación a los ambientes.”

Caminamos sobre esta palabra modelando a Jesús es lo que va a producir un choque en el ambiente en que nos movamos, pero más allá de las tensiones, Dios comenzará a transformar todo lo que nos rodea porque Jesús se hace visible en medio nuestro. Nuestra desesperación es que siempre nos queremos ver como un producto terminado, lo cual es peligroso porque nos puede llevar a la frustración, no nos permitamos cargar con los pedazos de las cosas que no fueron, no carguemos con frustraciones, debemos saber que Dios no deja de trabajar y que Él hace todo nuevo.

“Si alineamos nuestro corazón todo se acelera, necesitamos una determinación para permanecer en su Presencia. El Señor nos va a mostrar cosas que no hemos visto, ni oído porque son las que preparó para quienes le amamos. Debemos animarnos a vencer todo desánimo y desgano, creemos que el Espíritu Santo está siendo derramado en todas las naciones. Aunque veremos como crece el pecado y la maldad, no debemos temer sino que por el contrario tenemos que aferrarnos a su Presencia y permanecer en su casa de oración. Cuando el cuerpo de Dios se fortalece y se nutre unos de otros desde sus fortalezas y debilidades, no podrá sobrevivir ninguna estrategia del enemigo. La unidad del cuerpo, la comunión, nuestros actos de justicia y amor por el prójimo hacen que Satanás huya. Tenemos que entender que una cosa es venir a su casa, ser asistido e irnos y otra muy distinta es pertenecer, seamos Iglesia en todo tiempo para que la gloria de Dios sea manifestada.”

 

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