Reflejos de su gloria

13 de noviembre de 2021

“Quizás las grietas son
para dejar ver tu gloria,
quizás las cicatrices
de lo roto solo es el portal
para reflejar tu luz.
Como una frágil vasija
de barro, que conserva
dentro suyo
un gran tesoro,
un corazón humano,
que en su interior
lleva lo eterno.
Eso soy, eso somos,
un espejo que refleja
tu aspecto en la tierra”. 

Fragmento de Yamila A.

Hay mucho trabajo por hacer en la iglesia del Señor lo cual se hace solo con el poder del Espíritu Santo y la oración, pues en su palabra nos dice que la oración del justo puede mucho.

 Hechos 16:22-33 (RVR)  El apóstol Pablo tiene un tremendo ministerio y lo revela en este pasaje. Estaba haciendo un viaje misionero cruzando las barreras culturales para llevar la palabra de Dios, es el primer discípulo que tiene este llamado.

Cruza todo el sur de Asia viajando muchísimo tiempo para llegar a esa ciudad llamada Filipos, donde anuncia la palabra y comienza a convertirse la gente. Cada vez que Pablo llegaba a una ciudad buscaba una sinagoga para orar, tenía un gran amor por su pueblo y por el pueblo de Dios. En ese momento de la oración, donde también adoraba, le sale al encuentro una mujer que tenía espíritu de adivinación, la cual estaba endemoniada.

En ese momento en que Pablo pasaba por ahí el demonio que tenía esta mujer comienza a revelar que Pablo y quienes lo acompañaban eran hijos de Dios. El diablo quería confundir a la gente, es así que Pablo molesto por esta situación reprende al demonio que tomaba a esta muchacha quedando ella libre de todo.

Cuando sucede esto, la gente que ganaba dinero usando la vida de esta muchacha se molesta porque ella simbolizaba un agente de riqueza para ellos. Por este motivo mandan a poner preso a Pablo y a Silas comenzando una persecución para ellos.

Pablo y su compañero visibilizaron la gloria de Dios a través de orar y liberar a esta mujer. Como iglesia debemos entender que la gloria de Dios no está afuera sino que adentro. Tenemos ese tesoro en vaso de barro y no podemos visibilizar la gloria de Dios con el amor humano, pues nuestro amor es egoísta, se termina pronto. Sin embargo el amor de Dios todo lo puede, por eso para llevar adelante su obra necesitamos de ese perfecto amor.

Cuando la gloria de Dios se visibiliza muchas personas se convierten y se les revela en sus corazones esta gloria, pero también se levantan aquellos perseguidores de la iglesia. Al apóstol Pablo y a su compañero los golpean con vara, los desnudaron y públicamente los humillaron, después de todo esto los colocaron en la cárcel. Las cuales eran lugares subterráneos, cuevas oscuras y húmedas que hacían los romanos y ellos fueron puestos en la última, en la peor. No conforme con esto el carcelero también les pone un elemento de tortura, un cepo que les tomaban las manos, los pies y sus espaldas lastimadas quedaban colgada contra el piso, todo esto les producía mucho dolor.

A media noche se pusieron a cantar himnos y a orar, visibilizaban lo que ellos portaban. No siempre será fácil visibilizar la gloria del Señor, muchas veces quizás sea en el peor momento en el cual estamos viviendo donde Dios nos pida que nos ocupemos de orar por otras personas, es en ese momento donde el Señor se manifiesta con todo su poder. Nos dice su palabra que mientras el hombre externo se va desgastando el interior se renueva de día en día. No importa si estamos todos rotos por fuera pues por dentro estamos llenos de su gloria.

Pablo y Silas visibilizan la gloria de Dios en la cárcel, oraban y cantaban más allá de que les dolía todo el cuerpo por la tortura recibida. Los presos escucharon como ellos a pesar de su situación adoraban al Señor y allí vino un gran terremoto. Los cimientos de la cárcel se movieron, esas rocas firmes se sacudieron, se salieron las rejas de su lugar, los pernos, los tornillos se rompieron, las cadenas se desataron y quedaron todos libres, porque cuando la gloria de Dios se visibiliza es para que las cadenas se rompan.

Cristo liberó a todos los que estaban en la cárcel, pasaron de estar del reino de las tinieblas de la muerte al reino de Cristo, en libertad y en luz. Somos deudores del Señor, pues a través de su gracia nos hizo realmente libres rompiendo todas nuestras cadenas.

Nos dice en la palabra que el carcelero romano se despierta y al ver que los presos estaban todos libres y en la desesperación de saber que lo matarían decide quitarse la vida. Allí interviene Pablo diciéndole que no haga ningún mal, pues todos estaban en la cárcel, nadie había escapado pues ya eran libres. El carcelero se postra a los pies de Pablo, de Silas y les pregunta cómo puede ser salvo a lo cual Pablo le responde que si el cree en el Señor serian salvos él y su casa.

El apóstol Pablo en ese momento visibiliza la gloria de Dios a través de la misericordia con el carcelero. La misericordia no es con sabiduría humana, ni con palabras, ni con ejércitos, es la gloria de Cristo resucitado  en nuestras vidas que salva con misericordia a pesar de que no la merezcamos. La misericordia es una gracia no merecida, nos salva. El carcelero y su casa fueron salvos pues la misericordia de Dios estuvo para ese hombre.

“Entendemos que somos templo del Espíritu Santo y la gloria de Dios para Rawson se va a visibilizar a través de la iglesia, de sus hijos, a través de la palabra, de la oración, de la alabanza, de la evangelización y de la misericordia. La gloria de Dios para Argentina se visibilizara a través de su iglesia, pues ya estamos viviendo, pisando y caminando en el avivamiento más grande de la historia siendo todos protagonistas. Toda Latinoamérica, que fue elegida como el obrero de la última hora, visibilizara la gloria de Dios hacia todas las naciones. No es con nuestra capacidad, sino que con el poder de la palabra y del Espíritu Santo. En el nombre del Señor predicamos su palabra para hacer discípulos y bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Nos comprometemos a visibilizar la gloria del Señor a donde quiera que vayamos”.

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