Sin dobleces

30 de mayo de 2021
Te busco en lo secreto,
donde el ruido descansa
y tu susurro me encuentra.
Dónde soy hecho nuevo,
y donde todo se ordena.
Te busco ahí, donde abrís mis ojos
a tu realidad y me haces entender sabiduría.
Te busco en lo secreto,
muéstrame tus diseños.
indícame dónde estoy fallando,
sé el arquitecto de lo que
estoy construyendo”.
Poema por Yamila A.
El apóstol Pablo escribe a la iglesia de Corintios para poder corregirlos, guiarlos y enfocarlos. El Evangelio es como un tren que va por dos carriles y cuando se desacomoda el rumbo este se tuerce. Por eso, la palabra nos dice que al que Dios ama, disciplina. Necesitamos como hijos la disciplina de Dios todo el tiempo pero no como castigo, sino para direccionándonos. Para que de esta forma no perdamos el rumbo de nuestras vidas y familias porque nada en Cristo se pierde.
Satanás tiene dos formas para frenarnos, nos asfixia o nos acelera y las dos cosas nos hacen daño. La palabra del Señor nos da el equilibrio y el libro de 1º de Corintios nos habla de situaciones que la iglesia debe corregir para encarrilarse pero en la 2º carta de Corintios vemos como reciben el consejo aplicándolo.
Tenemos nuestras vidas como un tren muy cargado y debemos trabajar, tomando todo lo que Dios tiene para nosotros, alimentando en nuestros hogares el altar encendido. Tenemos que ver a través de la palabra lo que Dios nos está pidiendo cambiar, corregir y entender cuál es la dirección a la que quiere llevarnos. Si mantenemos una cultura de disciplina no nos desviaremos aunque a veces nos vengan situaciones difíciles.
Nehemías 5 nos habla de que en medio de la reconstrucción del pueblo, donde cada familia reconstruía el muro, estaban ocurriendo injusticias. Había personas que se aprovechaban de esta situación para explotar a sus hermanos. Ellos estaban viviendo un momento difícil, tratando de salir de la cautividad para construir una nación diferente y libre. Los babilonios cuando conquistaban una ciudad colocaban un gobernador corrupto del mismo pueblo conquistado, que era vasallo del imperio y rendía tributo al emperador, el cual oprimía a la gente. Esto pasó por años hasta que llega Nehemías con una mentalidad disruptiva y de construcción comenzando a levantar la tarea.
Nehemías 5:9-19 (NTV) Vemos en este pasaje un modelo de líder político y espiritual que distribuye la carga del pueblo dándole propósito. El liderazgo de Nehemías es una fuente de inspiración porque es el reflejo del liderazgo de Jesús. Hay un momento determinado de la construcción donde se siente el agotamiento y la aflicción, donde los enemigos querían detener dicha construcción, pero Nehemías dándose cuenta que la mayor tensión venía desde adentro, corrigió esas actitudes confrontando al pueblo para que corrija su rumbo. No estaba mal que devuelvan el dinero que habían pedido pero sí que cobren intereses en demasía, estaban viviendo en un tiempo de usura. Dios detesta la usura en los dos puntos que esto conlleva: el que se aprovecha de la necesidad para obtener ganancia y el que asiste a alguien aprovechándose para ayudar aumentando la lástima y la dependencia en el corazón de las personas. Estas dos cosas son tremendas para Dios, por eso él no nos da el pescado sino que nos enseña a pescar. Cuando hay necesidad ayudamos pero lo tomamos como el punto de partida para que la persona se acerque a Cristo y sea productiva por sí misma.
Nehemías condena la usura confrontándolos y haciéndoles ver que sus hermanos estaban cautivos de ellos mismos, por eso los exhorta para que los liberen. Dios no se mueve en la doble acción, sino que sacude a los que tienen cosas ocultas pretendiendo vivir una vida en Cristo por fuera y por dentro viven una vida de mentira.
El Espíritu Santo nos lleva a nuestros hogares para que nos liberemos de la cautividad. La integridad consiste en someter nuestras debilidades en el Señor. Dios ama la verdad en lo íntimo, a él no podemos mentirle. Dios quiere que en el seno de nuestros hogares seamos verdaderos, él nunca se avergüenza de nosotros sino que por el contrario, nos lleva a poder confiar. En estos tiempos debemos desnudar nuestros corazones, desahogarnos, vivir en la intimidad lo que es real, genuino y donde no hay engaños, para que así, en lo secreto nos haga entender sabiduría.
Nada reemplaza la intervención de Dios, debemos hacer que las cosas sucedan, pues tenemos todas las herramientas. Es un tiempo de pala y espada pero también de trabajar hacia afuera y hacia adentro. Soltemos lo que está adentro de nuestras vidas, perdonemos, es un tiempo de soltar la ofensa, confrontemos y hablemos dando libertad, marcando un camino distinto.
El Espíritu Santo nos lleva a un crecimiento mayor pero es necesario que venga un tiempo de estabilidad para que podamos tomarlo, ¿cómo logramos construir lo de Dios y construir nuestras vidas? Llevando todo a Cristo, sumergiéndonos en el Señor, llevando a nuestros hijos a que crezcan en el fuego del Espíritu Santo. Es tiempo de corregir, de detenernos para ver lo que estamos armando y sobre esa realidad trabajar desde lo secreto.
Es un tiempo de movernos en la corrección del Señor construyendo desde nuestros hogares. Nehemías mostró su integridad delante del pueblo, sabiendo que la bendición del Señor vendría sobre su vida, confrontó a la oposición pero también leyendo la palabra trajo convicción de lo que estaban haciendo mal.
Quizás vivimos situaciones tensas pero es un tiempo de preparación para lo que viene. Por eso en Nehemías 8:10 (NTV) nos muestra cómo les aconseja al pueblo a que confronten las situaciones pero que cuando se sienten a la mesa para hacerlo, puedan compartir algo rico y disfrutarlo, sabiendo que todo viene de Dios.
“El gozo del Señor es nuestra fortaleza, reconocemos nuestras debilidades, necesitamos de su corrección, de la intimidad en lo secreto. Elegimos no estar enojados todo el tiempo, a no atar a nadie, elegimos construir desde nuestro hogar. Escuchamos lo que Dios tiene para nuestras vidas, no tenemos dobleces, nos desnudamos delante de la Presencia del Señor y buscamos corregir nuestro rumbo. Trabajemos en nuestros hogares, el Señor nos prepara para una carrera, aunque tinieblas cubran la tierra sobre nuestras vidas amanecerá la luz de su justicia. Esta oscuridad que cubre nuestra tierra es momentánea, no falta mucho y cuando toda esta situación se acabe vamos a estar listos, habiendo aprendido y corregido todo para poder ver la gloria del Señor. Dios no es un Dios de excusas, de dobleces, nos marca un propósito, un destino y una eternidad. Caminemos en el respeto de Dios, no avanzamos a cualquier precio, pues el precio ya lo pagó Jesucristo en la cruz del Calvario y su sangre tiene poder para transformar toda situación. Tenemos un Dios que ama la verdad en lo íntimo y nos hace comprender sabiduría para que nos llenemos de la plenitud de aquel que lo llena todo y en todo.”