Una conversación trasnformadora

11 de febrero de 2024

La palabra de este año tiene que ver con entrar en una conversación con Dios, donde él va a revelar lo que ya nos dio. Tenemos que aprender a estar en el sitio donde Dios nos quiere, teniendo una actitud de velar, escuchando, conectados todo el tiempo, 24/7, alimentarnos de la vida de la iglesia también pero todavía más, de Cristo.

Juan 11

Todos tenemos una imagen mala de Marta, en el capítulo vemos a ella haciendo la comida, atendiendo a los invitados. Le dice a Jesús que le diga algo a María, pero Jesús le dijo que no se afane y que María eligió lo mejor porque está a sus pies.  Marta no estaba en el asunto, María sí. Estaban de vuelta en la casa de ellas, pero esta vez Lázaro había muerto. Marta sale corriendo a los pies de Jesús y le dice que si él hubiese estado aquí su hermano no habría fallecido. El Señor no había entrado a la idea, ella fue a verlo. Esta es la conversación que hemos pasado por alto, es una charla reveladora, la que se metió en una conversación transformadora es Marta, no María.

Marta entró en una conversación con Jesús y el resultado no solo fue la resurrección de su hermano, sino el recibir la revelación de no que sucedería antes de que él resucitara. Jesús desarrolla una autoridad respetando todo. Él respeta todo, lo natural y lo no natural, porque él se sometió.

El que no está en la conversación con Dios acepta lo inevitable. Lo inevitable te habla, se va a convertir en algo central en el corazón. Pero hay que soltar la situación que nos tiene aceptando lo inevitable, para antes ir a la conversación correcta.

María se quedó aceptando lo inevitable. Pero para marta había un nuevo mañana para el que cree. Jesús era el único que podía cambiar lo inevitable, Marta está consciente de lo que Jesús puede hacer. Frente a la declaración de Jesús de que Lázaro iba a resucitar, pero Marta le dice la teología que sabe, era correcta pero el Señor le revela algo del aquí y del ahora. Ella tuvo la revelación de declarar quien era Cristo y que la iglesia primitiva haría después. Marta cree en la virtud de quien está parado delante de ella, estaba siendo transformada.

Ella convoca a todos a que entren a una conversación, lo que ella percibió no se lo podía contener entonces buscó a la hermana. A Marta le vuelve a hablar lo inevitable ante la tumba de Lázaro y le dice al Señor que ya hiede pero Jesús la vuelve a entrar en la conversación, diciéndole que si cree verá la gloria de Dios. Marta pide de inmediato que quiten la piedra. El milagro de Lázaro es increíble, es reconstruido de nuevo, su cuerpo, órganos, aspecto.

Los obstáculos y la muerte no tienen conexión con Jesús. Él no habla con los muertos, sino con los vivos.

 Jesús se enfrenta a los vivos los que están en él no mueren. La conversación con el Señor nos introduce en una nueva realidad. Él no toca lo muerto y pidió que le saquen el ropaje. A veces nosotros estamos con la mortaja estando vivos, la ropa de muerte no tiene parte en esta nueva realidad. En Ezequiel 16 Dios ve al pueblo como una niña recién nacida, pasó frente a ella y le dijo: vive. Seguía con las mismas ropas y pasa de nuevo, le dice: vive. Dios nunca entra en contacto con lo que tiene marcas de muerte, él nos libera. Es esta la conversación reveladora que entró Marta. Jesucristo es el único que tiene el poder de la vida, se para frente a lo muerto y le da vida.

Hay una tensión entre lo inevitable y entre creer, uno va a mirar a la muerte con ojos de fuego y rostro de sol, va a hablar sobre eso y la situación cambia. La conversación con Dios te genera una tensión que hay que resolver, ¿Qué vamos a hacer con Jesús? ¿Estamos guardando nuestra conversación reveladora, a cuántos estamos trayendo? Algo mío voy a perder, Pablo dijo que lo que antes tenía por ganancia ahora lo tiene por perdida, la ganancia es Cristo, él está en el asunto. Si creemos vamos a ver a muchos lazaros resucitando. Él es la resurrección y la vida.

Si nos quedamos en la inevitable nos va a decir que pongamos el punto final pero hay uno que sigue sentado en el trono. Él siempre tiene una palabra de vida, y una conversación trasformadora. Él le habla a lo inevitable y lo inevitable cambia, se tiene que correr y le tiene que dar paso al poderoso.

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