Unción
Él me llamó por mi nombre
y me dijo: “mío eres tú”.
Sus manos gloriosas
me hicieron y me dieron forma.Él me ha enviado a consolar
al afligido,
a traer paz al que tiene miedo,
a mirar con ojos de amor al desechado.Me ha llamado a ser luz
en medio de la perversa oscuridad,
a traer la verdad en medio
de la injusticia,
a reconstruir las ruinas donde
habita la desesperanza.Él me ha dicho:
“tú eres mi obra maestra
que me glorifica”.Poema por Yamila A.
Dios es muy bueno y caminamos en lo que tiene para nosotros en este nuevo año y el primer paso está marcado por la palabra UNCIÓN. La palabra que Dios nos dio para todo el año es EXPANSIÓN, el amor de Dios es tan amplio que si lo tuviéramos que describir sería como un cubo, el apóstol Pablo nos habla de poder experimentar su profundidad, su altura y su longitud, un cubo diagrama algo que tiene dimensión, que va hacia adentro, hacia afuera, hacia atrás, hacia adelante, el amor de Dios es tan poderoso que cubre nuestro pasado, presente y futuro. Es tan intenso que cubre nuestra realidad y eternidad, no podemos escaparnos ni escondernos de él, por eso aprender a vivir y renovar ese amor es muy importante.
En el contexto de la palabra EXPANSIÓN Dios nos dio el pasaje según San Lucas 4 que tiene su raíz original en el libro de Isaías. Jesús se encuentra en el momento de declaración de su ministerio público. Durante 30 años Jesús está en silencio, pues solo era el hijo del carpintero, pero en ese momento hace la declaración pública: “«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del Señor».”
Debemos alcanzar tiempos que son de madurez como iglesia, pues gran parte de lo que Dios nos ha dado en este tiempo es porque a pesar de todas las cosas que nos faltan hemos alcanzado un momento de madurez, la que es biológica o física llega al cuerpo del ser humano cuando tiene la capacidad de reproducirse, lo cual no quiere decir que se está listo para ser padre o madre, también tenemos la madurez espiritual y la emocional. Jesús supo cuando fue su tiempo, muchas veces nosotros no sabemos que estamos listos y queremos que Dios nos solucione todas las cosas. Debemos entender los tiempos, las heridas y el pecado Cristo ya lo resolvió en la cruz, hay arrepentimiento y sanidad, pero debemos hacernos cargo de nuestro llamado, del destino de nuestras familias y de lo que Dios puso en nuestros corazones. Este es un año para que nos paremos y hablemos de nosotros mismos para decir que el Espíritu Santo esta sobre cada uno sabiendo que estamos ungidos para ser el padre, madre, hombre y mujer que Dios llamó a ser. ¿Para qué es la unción que esta sobre nuestras vidas? Para liberar cautivos, vendar a los quebrantados de corazón, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos, sanar a los que estar rotos y declarar a pesar de las circunstancias que este año es el año del favor de Dios.
El enemigo va a venir a recordarnos el pasado, sin embargo nosotros estaremos preparados para decirle que la unción que está sobre nosotros no es para guardarla, sino para poner en práctica en aquello a lo cual Dios nos envió. Somos hijos, somos un cuerpo de gente independiente que tenemos llamado, destino y que cada cosa que Dios pone en nuestras manos lo hacemos crecer. Alcanzar madurez es complicado porque en la madurez enfrentamos nuevos desafíos. A Jesús después de esta declaración lo quisieron matar, a lo mejor en la vida hemos recibido golpes para los cuales no estábamos preparados sin embargo lo sobrellevamos por la gracia de Dios. Vendrán sin duda nuevos golpes pero estaremos listos para recibirlos. Cuando vamos avanzando, creyendo, rompiendo, quizás habrá fricción en el avance, pero estaremos listos para resistir cada golpe.
1º Trimestre – UNCION – Encuentros entre el cielo y la tierra que producen un renuevo y nos fortalecen para enfrentar el año que vendrá. Esta será la marca del comienzo de esta nueva temporada. Debemos ser sabios para disfrutar e intencionales para estar atentos a cada palabra y a cada manifestación de Cristo. Buenas noticias. Venimos de años de incertidumbre y malos pronósticos, la palabra revelada nos consolida como el evangelio de las buenas noticias para un mundo perdido. Hoy más que nunca el mensaje es el mensajero. Comenzamos renovados y conscientes de que el Espíritu del Señor esta sobre nosotros. Por lo tanto esta es nuestra mayor capacidad para afrontar lo que viene, y esta unción despierta en nosotros capacidades que no conocíamos y dones en el Espíritu que nunca antes habíamos desarrollado. Nuevas herramientas sobrenaturales para edificar el cuerpo de Cristo.
Enero, Febrero y Marzo van a ser como llenar el tanque a nuestro auto, la palabra nos dice que la unción en estos tres meses nos prepara para lo que viene. El viaje de este año será largo, pero no tedioso porque hay un destino. El libro de los hechos nos habla de ese nuevo destino, Lucas escribió el evangelio de San Lucas el cual habla de la revelación de Jesús y la segunda parte, que es el libro de los Hechos, relata lo que el Espíritu Santo hizo a través de los apóstoles, iniciándose así algo nuevo para la iglesia de ese momento.
Entramos en una nueva temporada, en el libro de los Hechos Lucas nos cuenta que los apóstoles vienen mal porque habían perdido a su maestro, en ese contexto se dieron cuenta que ya nada sería como antes. Hechos 1:5 los discípulos habían ya recibido el poder para sanar enfermos, liberar endemoniados, pero lo que recibirían ahora de ser bautizados en el Espíritu implicaba la idea de tener una nueva naturaleza, la de Dios. Esto no cabía en su cabeza, no entendían cómo iba a ser posible, pero con la resurrección de Cristo no les quedaba duda, solo creyeron y emprendiendo el nuevo viaje.
Estaban felices porque iban a ser bautizados por el Espíritu y Jesús estaba con ellos, pero en el capítulo de Hechos 1:11 Jesús se iría en una nube, ellos personalmente lo vieron, se desesperan pues no querían volver a quedarse sin Jesús. Apenas tenían un vislumbre de lo que Jesús era, el que se fuera era una promesa de Dios, sabiendo que así como se iba lo verían regresar siendo parte de ellos.
Los discípulos habían disfrutado de Jesús en todas sus áreas, por eso les costó tanto despegarse de él, pero allí Jesús los desestructura diciéndoles que serían bautizados por el fuego del Espíritu Santo siendo parte de él. No podrían tomar lo que venía si no se desprendían de lo que había pasado.
Lucas muestra los hechos reales de lo que pasó con Judas quien se había ahorcado, llamando a ese lugar “campo de sangre”. Deberían elegir alguien que ocupara el lugar de Judas cayendo la suerte sobre la vida de Matías, parece un hecho irrelevante pero les costaba desprenderse del pasado, querían tener todo resuelto. Después de que sucede esta elección Matías no aparece en todo el Nuevo Testamento. No estuvo bien ni mal lo que hicieron, solo que a ellos les costaba desprenderse de lo viejo, de lo que vivieron antes.
Desde ese hecho hasta que fueron renovados pasaron de ser quinientas personas a ser ciento veinte y después del Pentecostés llegaron a ser tres mil ciento veinte. Este es el año del Espíritu Santo, quizás hay muchas cosas por resolver, agujeros que tapar, pero pongamos todo en las manos del Señor, no nos carguemos.
“Disfrutemos de los tiempos con Dios, de su Presencia, nada volverá a ser como antes, pero Dios sin duda renovará muchas cosas y por momentos debemos dejar de compararnos y mirar lo que viene con expectativa. Separemos tiempo para estar con Dios porque hay una realidad: el corazón se endurece y no porque seamos malos sino porque es un órgano que se desgasta, por eso necesita ser renovado, porque si no todo se torna en una carga. El corazón se renueva con la unción y esa unción es la carga del Espíritu Santo. Volvamos a disfrutar del Señor, de su presencia, dejemos en las manos de Dios todo lo que no pudimos resolver.”