hasta que llegue ese día
Mientras te espero
mi corazón sigue ardiendo,
sé que todo el tiempo
estoy siendo perfeccionada
y que un día, no muy lejano,
esa obra estará terminada.Mientras te espero
hago un pacto con mis ojos
de no contemplar lo pasajero,
y fijar mi mirada en lo eterno.Mientras te espero, Jesús,
no dejaré que mi amor se enfríe,
ni que en mi lámpara no haya aceite.Poesía por Yamila A.
Filipenses 1:6 El apóstol Pablo nos dice que está convencido que el que comenzó la obra en la cruz la va a terminar en las bodas más grandes de la historia de la humanidad, la del Cordero de Dios con su novia: la iglesia.
Debemos recordar ese día glorioso donde Cristo comenzó su obra en nosotros, sin duda fue maravilloso, donde el Espíritu Santo nos conmovió y nos transformó. Entre ese día y el día que la perfeccionará cuando Cristo regrese hay un tiempo que solo Dios conoce, sabemos que Dios ya planeó nuestras vidas, nos pensó desde antes de estar en el vientre de nuestras madres y nos predestino.
Nuestro desafío no es construir el futuro, sino alinearlo conforme al que ya lo trabajó de antemano pues conocemos al dueño de ese futuro. Quizás nos tocarán días buenos y no tanto pero dependemos de quien lo construyó.
Dios quiere revelarse a su iglesia, quiere contarle de qué se trata este tiempo en el que estamos viviendo, por eso debemos ser entendidos. ¿Qué vamos hacer hasta que llegue ese día, qué es lo que nos toca? Que Dios nos dé sabiduría para prepararnos conforme al plan que tiene para la iglesia, no podemos ser los mismos después de que pase esta pandemia, sino que debemos ser mejores, con mucha más influencia.
La iglesia pospandemia debe ser mucho más seria, madura, muchos más santa y protagonista. En estos tiempos donde el diablo se está jugando la última carta y desplegando todas sus artimañas no nos alcanzara con un domingo en la iglesia, sino que debemos ser iglesia 24/7 en cada lugar. Es el tiempo de la iglesia que como modelo de Jesucristo es la reserva moral de toda la humanidad, debe marcar huella en la sociedad, debemos tener sabiduría de Dios para estar en el centro de su voluntad. Debemos ser una iglesia con poder, pues su palabra nos menciona que el Señor nos lleva de gloria en gloria, de triunfo en triunfo y de victoria en victoria. Lo que vemos en la palabra de Dios debe ser la base de lo que estamos viviendo en estos tiempos porque él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Mientras tanto seguimos trabajando en nuestra espiritualidad como hijos e hijas de Dios, debemos prepararnos, pues la acción precede a la gracia. Las acciones de fe activan la gracia de Dios por eso debemos preparar el estadio para que Dios haga posible lo imposible, preparar nuestra vasija para que el vino nuevo de Dios no se ponga en odres viejos.
¿Cómo nos estamos preparando para cuando nuestro rey vuelva? Con expectativa imaginándonos ese momento, esperando que nos diga: buen siervo y fiel sobre poco fuiste fiel sobre mucho te pondré, ven y entra en el gozo de tu Señor. La novia espera ansiosa ese día preparándose para lo boda, quizás desvelada pero entendiendo que es un día importante donde debemos activar nuestra fe verdadera que nos sostiene, nos da revelación, sabiduría y dando pasos seguros.
2º Reyes 4:3 allí Eliseo envía a la viuda a buscar vasijas prestadas para guardar el aceite, cumplió la tarea encomendada y cuando Dios vio que ella se estaba moviendo en fe hizo el milagro.
2º Reyes 5:10 aquí Naamán, militar poderoso, sufría de lepra pero no se sanó hasta que obedeció, fue y se lavó siete veces en el Jordán. Paso vergüenza delante de toda la gente y sus súbditos pero cuando se activó en fe la lepra se fue. Este es un tiempo donde la iglesia debe moverse en fe protagónicamente, pero no la iglesia de las cuatro paredes, sino de cada uno de nosotros por quienes Cristo murió por amor.
Isaías 40:3 El Mesías no llegó hasta que no se le preparó el camino, Juan predicó el Evangelio del arrepentimiento y recién ahí después de ese cumplimiento de la profecía fue que Jesús comenzó su ministerio en la tierra. Jesús regresa, está muy cerca su venida, se fue como un cordero pero vuelve como un león con poder a reinar donde todo ojo le verá y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre. Dios quiere que seamos protagonistas de sus profecías y no espectadores que solo sabemos decir “amén” a todo lo que dice la Biblia, nos quiere viviendo el modelo de Jesús, haciéndolo parte de nuestras vidas, es lo que marcará la diferencia y no solamente el jugar a ser cristianos una vez a la semana.
¿Qué espera Dios de nosotros hasta que llegue ese día?
INVERTIR EN CONOCER SUS PLANES: todo está escrito en la palabra hasta el último día, por eso para conocer sus planes debemos leerla, el manual de instrucciones que es único. Sabemos que todo pasará, cielos y tierra pero no su palabra. Aunque la filosofía de este mundo trate de desacreditarla conocer la palabra es en este tiempo es la garantía de gloria.
CONOCER MÁS AL SEÑOR: no terminaremos de conocer al Señor hasta el último día, debemos saber más de su persona, saber qué piensa, qué siente. Saber que nuestros días no caminan a la deriva sino que hay un propósito escrito.
Sabemos que el mismo poder que resucito a Jesús de los muertos es el poder que opera en nosotros cuando le entregamos nuestras vidas a él para participar de esos milagros. Jesús afirmó que tendremos en el mundo aflicción y días malos pero la noticia buena es que él ya venció. Cuando yo me acerco al trono, él se baja y me sostiene con su diestra. Siempre es mejor tomarnos de su mano para atravesar angustias y momentos difíciles.
ENTRENARNOS PARA EL CIELO: si no practicamos ahora la alabanza y la adoración no habrá lugar para hacerlo en el cielo, nuestro paso en la tierra es un entrenamiento para la eternidad. Dice su palabra que todo lo que respira debe alabar al Señor, no es solo cantar. Cada mañana debe ser una alabanza por el milagro de la vida y cada noche debe ser un agradecimiento por la compañía, por su majestuosidad viviéndolo como un Dios cercano y poderoso.
INTERCEDER EN TODO TIEMPO: orando y clamando en todo momento, orar sin cesar con nuestras rodillas dobladas y rendidas al Rey de Reyes. Si doblamos nuestras rodillas delante de Dios no las doblaremos después ante el enemigo. Cuando oramos en lo secreto él nos recompensa en público, esa es su promesa. Por eso Dios está buscando mucho más oración y clamor. Necesitamos dependencia del Señor, ir cada día a pedirle auxilio en la tribulación. (Efesios 6:18) La oración es la llave que abre todas las puertas, el Señor está escuchando todo el tiempo, nos presta atención, Dios se quiere revelar a nuestras vidas aunque muchas veces hable cosas que no queremos escuchar.
INVERTIR TIEMPO PARA SALVAR A OTROS: Jesús es victorioso y tiene planes para nuestras vidas, está dispuesto a caminar con nosotros. Todo lo que sembremos lo vamos a cosechar, hasta que llegue el día debemos invertir tiempo real para salvar a otras personas. Debemos ser intencionales con el mensaje de salvación hacia otros, no podemos perder el tiempo. Predicamos de un Jesús que no está en la cruz, sino que resucitó, que viene pronto y que tiene planes para sus vidas. Dios cambia los finales de cada una de nuestras historias. Nunca hubo un escenario tan propicio para predicar el mensaje de salvación como en este tiempo de crisis.
“Nos preparamos conforme a lo que Dios planificó para nosotros, Jesús viene pronto y tenemos que estar en el centro de su voluntad. No sigamos distraídos en lo que hace el diablo, sino en conocer más a Dios, ocupándonos de lo importante, de lo que va a durar para siempre, de lo que no se va a corroer con el tiempo, de lo eterno. Ocupémonos de lo verdadero, de lo que nos salvó la vida, es la mejor manera de disfrutar el plan de Dios hasta que él venga en gloria. Que nos encuentre como iglesia haciendo lo que nos envió a hacer, esperemos la venida de Cristo en movimiento haciendo su voluntad.”