Es por gracia

Nadie merecía ese amor tan puro,
[ninguno de nosotros]
nadie merecía tanta ternura en esos ojos
tan llenos de fuego, tan llenos de cielo.
Nadie puede ser merecedor de tanta gracia
porque nadie jamás, podría hacer algo para ganarla.
[ninguno de nosotros]

Pero por gracia es también
que recibimos gracia
porque así lo planteaste
en tu corazón, porque así
lo quisiste.

Escrito por Yamila A.

En esta pandemia que vivimos todos nos dimos cuenta en qué estaba basada nuestra vida, para los que la fundamentaron en lo material, en el consumismo de este sistema fue realmente un problema. Por el otro lado, para los que encontramos en Cristo Jesús nuestro sustento mayor, nuestra base, no fue un inconveniente ni una desesperación, ni un caos como lo fue para el mundo porque fijamos nuestros ojos en Cristo Jesús.

Necesitamos en este tiempo sumergirnos profundamente en la gracia de Dios, este mundo vive bajo maldición y nosotros sabemos que Jesús vino a romper esa maldición pero no todos aceptaron la gracia, ese favor de Dios. No todos abrazaron lo que hizo Jesús en la cruz y nosotros, por más que lo hemos abrazado, muchas veces perdemos el enfoque, la visión y el ambiente que nos rodea muchas veces nos hace alejar de esa gracia. 

Cristo Jesús ya nos bendijo con toda bendición espiritual, ya estamos bendecidos, debemos activar la gracia de Dios en nuestras vidas para ver que el que trabaja en nosotros es el Espíritu Santo y que no necesitamos nada más.

Gálatas 1:1-5 (RVR) es una carta que el apóstol Pablo la escribió enojado, pero bajo el poder del Espíritu Santo, estaba preocupado porque hubo algunos problemas dentro de la iglesia en aquel tiempo en medio de un contexto difícil. Pablo predicó y fundó iglesias por varios lugares y el evangelio en aquel tiempo era muy reciente, muy nuevo, hace poco había partido el Señor y la doctrina recién se estaba introduciendo, recién se estaba entendiendo el concepto de ser iglesia. Por eso el inconveniente comenzó entre los que eran judíos practicantes y el pueblo gentil que había reconocido al Mesías. Los judíos tenían una carga muy grande, muy fuerte de prácticas que Dios había revelado en el pasado a través de Abraham y de los profetas. Les costaba mucho dejar de sujetarse a esa cultura, a esa forma de vida, les costaba entender que un hombre común y corriente había venido a esta tierra para morir por todos y para liberarnos del pecado.

Muchas veces nosotros también necesitamos la revelación del verdadero Cristo porque nos decepcionamos poniendo como argumento que Dios o la iglesia no es lo que esperábamos y nos ponemos casi en el mismo lugar que los judíos. Por eso sin duda Pablo saluda a la iglesia con gracia y paz, este saludo está en varias cartas del apóstol, más que dos palabras eran declaraciones muy fuertes que tienen una carga espiritual y amplitud muy grande. No mencionaba el saludo con gracia y paz porque la gente de la iglesia no la tuviera, sino que la intención de Pablo era recordarles de que vivan con la plenitud y los ojos puestos en Jesús para que no se olviden de su identidad. Que no solo son formen parte de un saludo y un lenguaje evangélico, sino que estas dos virtudes pudieran gobernar sus vidas.

Es fácil perder el eje y el contacto con Jesús. Podemos estar en la iglesia y no mirar a Cristo, podemos estar en la iglesia pero la gracia y la paz no rigen nuestras vidas, podemos estar en la iglesia y cantar pero esa adoración no forma parte de nuestra vida cotidiana.  Pablo estaba muy enojado, toda la obra que había hecho por las iglesias, rompiendo las estructuras de años del judaísmo, de reglas como estilo de vida los judaizantes no lo entendían y volvían a querer imponer esto a los gentiles, forzándolos a hacer los que ellos decían y no lo que Pablo les enseñaba.

Muchas veces nos pasa como iglesia que trabajamos, formamos, edificamos y por detrás nos derriban todo lo sembrado, entendemos que la obra es de Dios pero en este caso Pablo se enojó mucho por todo eso. Debemos tener claro que mientras vivamos en este mundo caminando, pisando el polvo de esta tierra vamos a estar sumergidos sobre un sistema que por ahora está gobernado por Satanás.

Muchas veces nos acostumbramos al ritmo de este sistema, al ritmo que nos lleva la sociedad y si no profundizamos en la gracia de Dios podemos vivir un evangelio de  confusión permitiendo que nos gobierne.

“La gracia es el favor no merecido que Dios muestra a los pecadores culpables. La salvación es un regalo de Dios”

Está apartado por completo de un esfuerzo o logro que tenemos que hacer, no vamos a la iglesia para tener gracia, no hacemos cosas para merecerla. La gracia es inmerecida pero fue la decisión de Jesús regalárnosla. La gracia no es un concepto, es una persona, es Cristo, debemos caminar sobre esa gracia.

Romanos 3:22-24 (RVR) la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia., por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.

1º Corintios 15:10 (RVR) Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.

Romanos 5:20 (RVR) Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundo, sobreabundo la gracia.

2  Corintios 12:9 (RVR) Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriare más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Efesios 2:8 (RVR) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

Hebreos 12:15 (RVR) Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

Tito 2:11-13 (RVR) Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Mientras esperamos ese maravilloso día nosotros debemos caminar de manera justa, sobria y piadosa, pero no se trata de nuestras fuerzas porque no es por nuestra naturaleza, ni por lo que podamos hacer, sino que es la gracia de Dios en nuestras vidas. Lo que puede impactar a otras personas no es lo bueno que somos, ni las cosas lindas que podemos hacer sino que es la gracia de Dios.

No debemos olvidarnos de la persona que nos salvó y nos liberó del pecado, porque si no caemos en cansancio, en agotamiento, en mirar las cosas de los demás, en juzgar,  en reglas y en estructuras por corrernos de su gracia. Una persona que no tiene a Cristo toma la forma de lo que vive, de lo que lo rodea, quizás un ambiente de queja, de malos tratos, de malas palabras, de un sistema perverso que lo lleva a vivir tensionado. Sin embargo un hijo de Dios que recibe la gracia cambia su vida, su forma de pensar, su manera de ver, su manera de hablar, ya no vive para sí porque la gracia de Dios entra a su vida y lo lleva a transformar ambientes viviendo en este sistema.

Cuando tenemos la gracia de Dios sabemos y entendemos que nada sucede por casualidad, por eso debemos mirar y profundizar en esa gracia. Quienes decidimos qué hacer con todo lo que recibimos somos nosotros. Pablo debe administrar tensiones en aquel tiempo y hoy sabemos también que hasta que Cristo venga vamos a tenerlas. En el mundo vemos tensiones externas las cuales ya están escritas en la palabra, lo cual no debe darnos preocupación, sino que por el contrario, debemos abrir nuestros ojos para ver el tiempo en el que estamos viviendo. Pero lo más preocupante son la tensiones internas, en la palabra nos habla de que en los últimos tiempos el amor de muchos se va a enfriar, no es lo que nos rodea, sino lo que llevamos dentro. Debemos analizar qué es lo que nos está gobernando, cómo estamos administrando nuestras tensiones internas, si nos comportamos como el resto debemos analizarnos internamente, no es que no vamos a caer, pero no podemos vivir constantemente cayendo.

En la iglesia de este tiempo avivamos el fuego del Espíritu Santo, hoy entendemos que la gracia es necesaria para los últimos tiempos, la falta de gracia hace que nuestro corazón se endurezca, que ponga más énfasis en las formas que en la esencia. La gracia de Dios en nosotros esta para darnos fe, valentía, humildad y cada virtud que está en el corazón de Jesús se hace real en nuestras vidas.

Gálatas 1:6-8 (RVR) Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamo por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciaren otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.

V 10 Pues ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Gálatas 1:18-23 (RVR) Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor. En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento. Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo; solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.

“Necesitamos administrar las tensiones de nuestras vidas para caminar en libertad, que la gracia de Cristo Jesús pueda mostrarme en nuestro corazón, dejemos que el lente de la gracia de Dios nos de la claridad para cambiar nuestra vida. Que donde veamos todo mal seamos la gracia de Dios para transformar esos ambientes. El evangelio de Cristo y su gracia en nuestras vidas nos ponen en evidencia que es una certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar, es una prueba determinante en un proceso. Que esta gracia pueda conducir y dirigir nuestras vidas.”

“Gracia es el movimiento compasivo y paciente de un Dios misericordioso que procura restaurar a su favor a  personas que lo desprecian y lo ofenden, quienes se encuentran en un estado de miseria.  Gracia es la acción de un Dios que se acerca a pecadores despreciables, culpables y enemigos para no tratarlos como se merecen, sino que por el contrario, darles perdón, nueva vida, adoptarlos como hijos y darles una esperanza. Nuestro Señor Jesucristo dijo: yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.”

 

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