Dios quiere sanarnos

1º de mayo de 2022

«Yo siempre estuve en tu lista
aunque por muchos tiempo busqué encajar
en muchas otras
e incluso creé las propias.
Yo siempre estuve en tu lista.

No puedo hacer más;
rindo mi vida a vos,
el Dios de la eternidad,
quién redime el tiempo,
restaura sus ruinas
y sana las heridas».

Poema por Yamila Arce

Para completar juntos vamos a terminar de ver Colosenses que nos ha desafiado y encendido. Colosenses es el corazón de un apóstol que ama a la iglesia, Pablo le escribe a gente que no conoce pues nunca visitó Colosas, solo conoció a la gente a través de Epafras que era alguien que se había convertido y que comenzó la obra en una casa de familia, enseñándoles cómo ser iglesia.

Colosenses 4:1-  Las jerarquías de Dios no son verticales, son horizontales y necesitamos entender que todo lo que hacemos es para Dios. Aquellos que trabajan con gente a su cargo así sean empleados temporales, deben entender que todo rango de autoridad para aquellos que vivimos el reino de los cielos es a través del servicio, no se contrata gente para vivir de ella. No practicamos la usura porque tiene como raíz la avaricia y esta nos separa de Dios. Estamos obligados a vivir en excelencia, es decir dar lo mejor con amor. Tenemos un amo en los cielos que vela por cada uno de nosotros, vivimos en un tiempo muy difícil pues las leyes laborales están enredadas y vemos cómo muchas veces estas leyes castigan a los que quieren hacer las cosas bien.

Hay una cultura y un paradigma que tenemos que romper, el de declarar que la gente no quiere o no sirve para trabajar, como hijos de Dios debemos entender que tenemos que bendecir a nuestros empleados así nuestras ciudades serán redimidas de la pobreza y serán bendecidas por el poder de Dios. Nuestras vidas como hijos de Dios no solo consisten en hacer riquezas, pues tenemos un amo en los cielos que mira la generosidad en nuestro corazón y que va hacer prosperar nuestra alma también. El destino de los hijos de Dios es que todo lo que llega a sus manos adquiera un valor mayor de lo que tenía. Cada hijo de Dios que tiene un negocio ministra a través de él en todo lo que hace.

Colosenses 4:2-4  Pablo dice que la oración abre las puertas para que se manifieste Jesús y pueda ser revelado con claridad. Entendemos que cuando hay mucha oración hay mucho poder, con poca oración hay poco poder. Nunca va a ser suficiente todo lo que oramos, siempre la oración produce un bienestar en nuestras vidas porque nos conectamos con el cielo. Cuando oramos no solo hablamos, sino que escuchamos con claridad lo que Dios nos dice. Ya  no nos alcanza con solo orar al volante o por los alimentos, la oración íntima con Dios es la de mayor relevancia y por supuesto es la que más nos cuesta. Tendremos cultos de milagros, señales, pero lo que nos sostendrá es la oración, nos preparamos para entrar a un tiempo de mayor oración.

La oración es la que nos va a mantener en pie en este tiempo.

Colosenses 4:5-6  ¿Cómo se hace para redimir el tiempo? El tiempo es algo que no se puede acumular, cuando nos levantamos a la mañana todos recibimos un cheque en blanco que tiene veinticuatro horas, el tiempo es lo más preciado, no lo podemos ahorrar ni guardar, sino que hay que gastarlo día a día de manera sabia. Cuando Dios renueva su misericordia y su amor cada mañana nos permite vivir en el tiempo de Dios, porque si a cada segundo el Señor no renueva su amor y misericordia no tendríamos tiempo, ni vida. Pablo pide que rediman el tiempo con sabiduría y la única manera de redimirlo es introducirnos en la eternidad del Señor viviendo en él. Cuando comenzamos a caminar en él con cada paso que demos redimimos el tiempo, redimimos el pasado. Cuando perdemos el tiempo nos encontramos que no podemos remediar el pasado dañando nuestro futuro.

Jesús es quien redime nuestro pasado trayendo sanidad.

Cuando redimimos el tiempo Dios adelanta nuestra semana, nuestro camino. Mientras adoramos, buscamos a Dios en las reuniones Dios batalla por nosotros, toma los conflictos que vamos a enfrentar, ata las huestes espirituales de maldad que quieren robar nuestra paz.  Dios ya está preparando todo a nuestro favor. Seamos sabios y consagremos nuestro tiempo a Dios, él quiere sanarlo, no ha sido en vano los años de servicios a Dios pues en él nada se pierde. Seamos fieles en lo poco porque en ese tiempo de fe Dios abre camino.

Pablo tiene un equipo de amigos extraordinario. Colosenses 4:7-9 Pablo relata el circulo de relaciones vitales que él tiene. Son las relaciones que nos da vida, es nuestro círculo más cercano, es el círculo de personas que nos nutren y con las cuales construimos el propósito (esposa, esposo, hijos, amigos) a veces es difícil porque las tensiones nos separan. Pablo nos muestra las personas que son sus relaciones vitales que lo nutren e impulsan. Tiquico es un muchacho griego muy joven que acompaña a Pablo en la cárcel, ve en él la capacidad de llevar la palabra, de revelarla. Tíquico y Onésimo iban a la iglesia y allí les leían la carta a los hermanos, tenían la capacidad de conocer el corazón del apóstol para revelar la información que nutriría a la iglesia. Tíquico conoce a Pablo porque sufre con él, tiene la capacidad de amar a una iglesia que no conoce. Onésimo es el protagonista del libro de Filemón, con el cual no tuvo una muy buena relación, era su esclavo, pero cuando se escapa llega a la casa de Pablo y este se convierte. Cuando se presentan las situaciones difíciles se deben confrontar, cuando surge una situación complicada lo hablamos y no dejamos que se haga una raíz de amargura, sino que caminamos en obediencia para que las relaciones vitales puedan funcionar.

Aristarco es otro de la lista de las relaciones de Pablo, se hace pasar por su esclavo para poder estar con él, lo acompaña en el barco para llevar el evangelio a Roma, donde después Pablo sería decapitado. Aristarco era fiel a Pablo, decidió sembrar su libertad para acompañarlo, para servirle y servir al evangelio. Colosenses 4:10

Tenemos que volver a validar el evangelio, aquel que quiera ganar su vida por Jesús la deberá perder, no vivimos para nosotros sino que somos esclavos de Jesús.

Bernabé es hijo de consolación, era el maestro de Pablo, fue quien lo discipuló y acompañó en el momento en que Pablo perseguía a los cristianos. En el primer viaje misionero que hicieron pidió llevar a su sobrino Juan Marcos el cual no soporta quedarse y se va. En el segundo viaje misionero el sobrino de Bernabé vuelve pero Pablo se enoja y deciden separarse, Pablo se va con Silas y Bernabé con Juan Marcos. Sin duda en algún punto Dios restauró la relación de Pablo y Juan Marco trayendo sanidad. Pablo envía al muchacho pidiéndole a la iglesia que lo recibieran. Nunca las relaciones son fáciles, el desacuerdo es parte del crecimiento, las tensiones se deben administrar.

Una iglesia que crece sana se construye en medio de la tensión.

En la iglesia del primer siglo había diferencia, cómo nosotros no vamos a padecer lo mismo. Somos iglesia por eso estamos encargados de construir relaciones, no somos una secta, no podemos obligar a vincularse a nadie con quien no se sienta cómodo. El evangelio no impide a amar a todos, esto es lo que revela a Jesús. 

Colosenses 4:11  Pablo es judío pero de todos sus amigos hay un solo judío: Jesús el justo, que lo acompaña en su misión para transformar a los gentiles. Colosenses 4:12-13 Epafras se convierte en Éfeso pero es de Colosas, se congrega con Pablo y cuando va a su ciudad levanta una iglesia. En Dios no hay distancias, ni barreras, las limitaciones son de este mundo, muchas veces lo que divide geográficamente produce divisiones. Pablo no conoce la iglesia de Colosas, pero sí conoce a Epafras, conoce su corazón. Colosenses 4:12 Lucas el médico era parte de la iglesia, no solo se convierte en el que va a escribir el libro de los Hechos, sino que se transformó en el consuelo y sostén para Pablo.

La iglesia está formada por relaciones, por vínculos. Dios quiere una iglesia sana. Pablo nos muestra un círculo de relaciones vitales, cada persona era única, diferente, construyó vínculos, con algunos se enojó, con otro pasó momento de dolor y a otros los envió a confrontar. Todo el tiempo estamos haciendo una lista de la gente que nos engañó, que nos maltrató, de las malas experiencias, pero tenemos tan poco tiempo para hacer una lista de gratitud por las personas que Dios puso en nuestro camino. Una iglesia que crece sana no es un auditorio lleno, sino personas felices que construyen matrimonios sólidos, amistades fuertes. El día que Jesús venga por su iglesia, reinaremos con la gente que afectó nuestro círculo, con las relaciones que construimos y  con las personas que caminamos.

La iglesia es el mejor lugar para construir relaciones sanas.

“Dios quiere sanar relaciones, no solo quiere hacer volver el corazón de los padres a los hijos y de los hijos a los padres, sino que quiere conectar las relaciones y poner al lado nuestro personas que nos potenciarán. Dios nos rodea de buena gente, habrá tensiones, sin duda, pero la iglesia no es un contenedor de personas sin frutos, es un cuerpo que construye relaciones correctas, que ama, que perdona, que lleva una vida de entrega porque ha descubierto que el amor de Jesús vale más que todas las cosas.”

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