El propósito del fruto

18 de junio de 2023

Hay algo que tiene que ver con el comportamiento de los hijos de Dios en el Antiguo Testamento. Desde que murió Josué se levantó una generación que no conocía al Dios de sus padres (Jueces cap. 2) desde ahí comenzó como un comportamiento cíclico donde el pueblo de Dios hacia lo malo, Dios los dejaba a la deriva y eran entregados a los enemigos porque se soltaban de la mano de Dios para tomar otra mano. El pueblo hacía lo malo, a causa de eso venia la maldición, la tierra se secaba, los problemas, la persecución, hasta que el pueblo clamaba, Dios respondía y les enviaba un libertador. Pero cuando el libertador se moría se volvía a repetir el ciclo vicioso.

En Jueces cap. 6 el comportamiento fue diferente, el pueblo hizo lo malo pero cuando clamaron a Dios no les envía un libertador, sino que les envía un profeta para hacerles saber que ellos no eran víctimas sino que eran culpables. Porque había algo legal que tenía que ver con el altar que levantaron a Baal y el poste dedicado a la diosa Asera. Había una puerta legítima que le daba la legalidad al enemigo para que secara la tierra pues, la idolatría seca a la tierra, por eso hay ciudades con mucha necesidad. Ellos tenían un altar a Baal dándole legalidad al enemigo para que actuara sobre ellos. Estos comportamientos cíclicos son los que sabemos que provoca el enemigo imitando lo de Dios pero torciéndolo a su favor.

Oseas 2:21 (NVI) 

Este comportamiento cíclico que nos habla el pasaje se asemeja más a lo que hace la iglesia, más con lo que hace la casa toda la semana adorando a Dios, respondiendo a Dios, pues él responde a los cielos, los cielos a la tierra, la tierra al trigo, al vino y al aceite, y ellos responden a Jezreel al Dios que siembra. Declaramos hoy “que Dios responderá a los cielos y los cielos responden a Dios ahora, pues los cielos necesitan responder a la tierra para que dé sus frutos”. Es cíclico pero cuando decidimos quedarnos estancados en una etapa, en una gloria, quiere decir que nos hemos soltado de la mano de Dios, porque es natural el comportamiento y la reacción, el carácter de nuestro Dios es llevarnos a una gloria mayor.

Cuando conocemos el corazón de Dios nos damos cuenta que la naturaleza del corazón de Dios es llevarnos de gloria en gloria, no es un deseo nuestro, no es un deseo de Dios, sino que es su carácter. Aumentemos las expectativas de lo que viene porque es la naturaleza del Dios que convocamos todo el tiempo, es la naturaleza de Dios que nos llevará a una gloria mayor.

Vamos a detenernos en el trigo, el vino y el aceite. El trigo es materia prima, el vino es el resultado de un proceso y el aceite es el resultado también de un proceso, para obtener aceite necesitamos golpear la aceituna, el olivo necesita ser aplastado, del aceite es que nosotros perdemos la forma, estamos acostumbrados a muchas cosas que son automáticas en nosotros, más allá de recibir cosas nuevas necesitamos ser educados de eso nuevo.

Cuando hablamos del vino hablamos del producto final, pero en qué parte del proceso está el vino si nosotros solo necesitamos de la materia prima que es la uva. Todos trabajamos para tener buenos frutos, entonces hemos peleado para llevar mucho fruto, es parte de nuestro carácter en Dios, llevar buenos frutos. Pero cuando tenemos la visión de solamente agarrar la uva para nosotros y comerla, no es tan importante donde crece la vid, no es tan importante donde vamos a sembrar la semilla, conque de fruto es suficiente, pero cuando tenemos una visión más amplia y no solamente es tener al fruto, sino darle propósito entonces ahí si es importante donde crece la vid.

Pero si la meta es el fruto no hay que hacer mucho, solo sembrarlo en el fondo de la casa y vamos a tener uvas cuando sea el tiempo, pero cuando tenemos la visión de propósito sí, es importante donde vamos a sembrar la semilla, el clima donde va a crecer, el ambiente, el ámbito donde es alimentado, la tierra donde recibe los nutrientes para tener como resultado el buen fruto. Así como es importante el clima donde crece la vid, también lo es la poda, por eso no es poca cosa tener buen fruto, porque hemos pasado por la poda, hemos sido arrancados, nos hemos quitado muchas cosas para tener buen fruto, hemos renunciado a una vida que llevábamos antes de conocer a Dios para llevar buenos frutos. Cuando tenemos buenos frutos pero nuestra visión es más amplia que solo tenerlo para comerlo o venderlo, si vamos a tener en cuenta lo del detalle del proceso, vemos que si es importante la poda, no es doloroso, sino que le da la fuerza a los nutrientes y al alimento que va a recibir ese fruto para que sea bueno.

El proceso del vino no tiene que ver con cuánto podemos sumar para obtener un buen producto, sino cuanto podemos conservar de la esencia para tener un buen producto. Si el vino tiene agregados entonces el vino es adulterado, porque el proceso del vino tiene que ver con tomar la misma esencia de la uva. Una vez obtenido el fruto entramos en el proceso de dar propósito al fruto, que no tiene que ver con poda sino con conservar, no tiene que con dolores sino con la lucha, con la limpieza, con lavar nuestras ropas. Podemos gritar que nos merecemos, que lo logramos pues es el fruto del esfuerzo, de los propósitos a conquistar. La primera etapa del proceso de la uva es la vendimia, se necesita cosechar la uva en el tiempo correcto, pues no puede iniciar su proceso de fermentación en el lugar incorrecto. Si se queda en la vid se pudre, se cae, no sirve sino que necesita ser cosechado, también la uva necesita ser despalillada, que es el primer paso de limpieza, todo lo que no va a formar parte del próximo proceso es quitado, limpiado. El otro paso es el proceso del estrujado, donde se rompe y pierde su forma, donde se necesita saber si la esencia o lo que lleva adentro es bueno. Ahí somos presionados, somos probados de que estamos hechos, cual es la esencia, somos probados todo el tiempo tanto en lo negativo como al recibir la bendición de Dios.

El hollejo de la uva pasa a ser parte del proceso también, pasa a cierta temperatura porque tiene todo lo que se necesita para el mosto, el color, la levadura, los azucares, solo necesita pasar ese proceso con la esencia, pero llega el momento en que la piel de la uva no va acompañar al otro proceso, se separa lo solido de lo liquido, lo único que va a quedar es la esencia. Luego comienza la fermentación, la uva junto con la piel, luego viene el descube que tiene que ver con la separación de lo sólido y lo liquido, después el mosto es rociado a lo solido que sube junto a la superficie para que tome color. Luego llega la etapa de la crianza, después se estabiliza el vino y es ahí donde se sabe si el vino estará en mesa de reyes o en la góndola como el vino más barato. Después pasada esa etapa el vino comienza a envejecer, cuando el vino nuevo es apartado y pasa tiempo en el silencio en los cuartos oscuros donde nadie los ve, ahí es donde estará preparado para las mesas de los reyes.

Es normal en este mundo de vender algo que no es, que carece de esencia, cuando nos encontramos con la realidad nos damos cuenta que no hay compatibilidad en lo que se nos vendió a lo que es en realidad, porque todo proceso que tiene que ver con cuidar la esencia, pero no se ve en todas partes.

Juan 2:1-11 (NTV)

Dios va a entregarnos cosas al corazón, todo lo que viene de él es bueno, nuestra tarea es preservar esa esencia, no necesitamos nada más, pueden cambiar las formas, pero la esencia es la misma. No es a cuantos alcanzaremos, sino cuánto vamos a preservar de lo que nos dio.

¿Qué proceso pasó el vino que se sirvió en esa boda?

Lo que Dios hará en los próximos días no tiene que ver con un proceso, sino que el hará el milagro, porque la fiesta en Argentina tiene que seguir.  A veces nos jactamos del proceso que pasamos para obtener lo que tenemos, y no está mal debemos ir a la presencia de Dios, muchas veces a idealizamos a Dios, pero Jesús murió por todos en la cruz, fue la respuesta para todos. Jesús necesitaba llevarse a la cruz todo.

Los días que vienen habrá tanta gloria de Dios, tanta manifestación que será la misma gloria que traerá los recursos, la misma gloria que abrirá puertas, la misma gloria que traerá las oportunidades y miraremos atrás tratándonos de jactarnos de eso pero nos daremos cuenta que es por pura gracia, porque cuantos años debemos prepararnos para recibir lo que viene.

Dios abrirá camino donde no hay, será mucha la sobreabundancia a causa de su misericordia, probemos eso antes que jactarnos de lo que hemos hecho, todo es por su gracia.

Los días que vienen vamos a querer justificar, pero Dios le da como quiere a quien quiere, debemos estar listos para recibirlo. ¿Nos merecemos ser la iglesia punta de lanza o referente en la ciudad?  Sí, porque a Dios se le plació hacerlo, porque hay un lugar donde se lo atiende, hemos dedicado el tiempo de inversión en la iglesia y sabemos que el tiempo es el recurso más valioso. Quizás hemos dejado de lado muchos intereses personales para poder invertir pero Dios ha encontrado corazones dispuestos a escucharlo y a hacer su voluntad, lo que viene tiene que ver con la gracia.

¿Qué proceso pasó el vino que se sirvió en esa boda? ¿Qué proceso pasaremos para recibir lo que viene? Entendemos que todo lo que vamos a recibir es la pura gracia de Dios, si nos ubicamos en lo cultural la idea de que se acabe el vino es que se acabe la fiesta, pero la misericordia de Dios una vez más frente a leyes establecidas. Aquí en Argentina todavía la tierra sigue dando frutos, pueden pasar los gobernantes que sean, buenos o malos, pero aquellos que saquean la tierra no la pueden terminar de arruinar porque en la misericordia de Dios él puso sus ojos en Argentina, la tierra no deja de dar frutos.

Es clara la legalidad de los altares que se levantan todo el tiempo en Argentina para destruir la tierra pero no lo logran porque a Dios se le plació que esta tierra dé más de lo que estaba acostumbrada a dar. No tenemos derecho a jactarnos de lo que viene, hemos sido muchas veces ese pueblo que le hemos dado la espalda a Dios y aun en todo lo que vamos a recibir de parte de Dios no tenemos derecho a jactarnos, lo que necesitamos esta semana, este mes, ya está hecho, se avanzará en cada desafío.

Los sueños y diseños de Dios no se detendrán para nuestras vidas, los proyectos nacidos en el corazón del Señor se sustentan en su gracia y favor.

«Declaramos en el nombre de Jesús que el fruto que tenemos es bueno, tomamos la identidad, hemos pasado por procesos, Jesús, nos has limpiado, has cortado las ramas que iban a quitar fuerzas. Has concentrado mi pasión hacia ti, porque cuando no teníamos deseos de conocerte tú nos atrajiste con lazos de amor, nos demostraste que nos amas y desde ese momento nos volvimos apasionados por ti. Tenemos buen fruto, pero ahora declaramos que tú le das propósito, no nos valemos por nuestros esfuerzos, no nos valemos por nuestras victorias, nos valemos por tu gracia».

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