Fuerte y Valiente

Dios nos habla de hogares que están congelados, los cuales al ser expuestos a la Presencia de Dios comienzan a derretirse. Entendemos que el congelamiento es parálisis, es algo que no está muerto pero si en estado latente y este es un tiempo en que el diablo no se ha encargado de destruir personas sino de congelarlas, están como dormidas. Hogares que no hacen nada malo pero sienten que no dan lo que deberían dar o no están viviendo lo que deberían vivir.

La comodidad produce parálisis, hacemos como nos conviene y aunque estamos haciendo cosas no estamos haciendo lo que Dios nos llamó hacer en esta temporada. El congelamiento nos estanca, nos detiene, pero sabemos que este es un tiempo de hogares encendidos, es un tiempo no para estar adentro sino para preguntarle al Señor ¿para qué nos está preparando? ¿Qué es lo que va hacer con nosotros, que tiene para nuestras vidas?

Josué 1:9

La maldad en la tierra prometida había llegado al límite, cuando Josué llega con el pueblo, esa tierra estaba poseída por pueblos que eran perversos, que practicaban hechicerías y brujerías. En una tierra donde fluía leche y miel, la cual estaba destinada para que el pueblo de Dios se estableciera en ese lugar e hiciera de este lugar la habitación a través de la cual Dios se comunicaría con todas las naciones, estaba en manos de pueblos perversos que la estaban maldiciendo, donde sacrificaban niños. Entonces a causa de la desobediencia del pueblo ese tiempo se prolongó más, el proceso se había detenido y la maldad había aumentado. Por eso cuando leemos Josué vemos como Dios le pide que no deje a nadie, que limpie la maldad, pues esa tierra no era para maldición sino para bendición, esa tierra era para sus hijos, por ende Dios le da el siguiente mandato a Josué que sea “fuerte y valiente”

Vemos a un Dios de justicia, a un Dios que quiere limpiar esta tierra y quiere la madurez de su pueblo. Tenemos a Josué que tiene que liderar en ese tiempo, a un Dios que reclama justicia y a un pueblo que es una nueva generación que debe entrar a la tierra, pero que todavía tiene esa inmadurez latente que no se atreve, por eso Dios le pide a Josué que sea “fuerte y valiente”.

Josué es el administrador de la tensión entre un pueblo inmaduro, pecador, un Dios que exige justicia y una tierra que está madura y lista para la cosecha. La generación de Josué tiene una característica: “que no tiene la chance de volver atrás” no hay opción, ¿Qué hay por delante? Hay una tierra que esta poseída por un pueblo perverso y gigante, pero no hay opción, la única opción es la batalla, es entrar a la tierra que Dios les prometió y conquistar el territorio.

Josué a diferencia de Moisés no va a contar con la nube que va adelante, no va a contar con el fuego que los alumbre de día, en la generación de Josué la decisión tendrá que nacer de él. Ese tierra estaba destinada para ser un lugar de adoración para Dios por eso  le dice a Josué que todo lo que pisara la planta de sus pies él se lo iba a dar, desde las montañas del norte hacia el sur, ese es el territorio de Israel, el cual tiene un destino profético, que no es estar ocupado por la maldad del pueblo. El diablo sabe que hay geografías en la tierra que están destinadas para grandes cosas, el diablo sabe que en las costas lejanas de la tierra hay un destino de avivamiento.

Si nosotros no podemos ver eso empezamos a quejarnos como el pueblo. Hay geografías que han sido escogidas por Dios y parte de esa geografía es el lugar donde vivimos cada uno, es la familia que nos tocó, nuestra tierra prometida es el espacio donde llegamos hoy, es el lugar al cual nos estamos enfrentando.

Por eso Dios le recuerda a Josué “todo lo que pise la planta de tus pies…” es así que cuando la tierra escucha la adoración, responde y tiembla, los muros se caen, repele a los enemigos y abraza a los hijos de Dios. Hasta el día de hoy hay conflicto en esa tierra, todos los altares de adoración más fuertes se concentran en ese espacio geográfico, los de los musulmanes, los de los ateos, todos en ese pedacito de tierra, pero en ese pedacito de tierra en no mucho tiempo un hombre que está en los cielos vendrá y pisara allí, para que el monto de los olivos se abra. La historia de la biblia se cumple, Jesús es el que fue, el que es y el que ha de venir.

Mientras tanto ¿Cuál es nuestra misión? Es conquistar, una persona que no tiene nada para conquistar, es una persona que puede tenerlo todo pero que será infeliz completa y absolutamente. Debemos amar la tierra, debemos transformar el lugar donde estamos, tenemos que ser responsables, esto es avivamiento.

Dios se le revela a Josué como el Señor de los Ejércitos, le pide que se quite el calzado, esa tierra no era santa, lo que la hace santa es que algo santo que la toque. Esa tierra estaba manchada por la adoración pagana de años, por pueblos barbaros que tributaban adoración a la oscuridad pero cuando llega el pueblo de Dios el que va adelante es el príncipe de los ejércitos celestiales.

Estamos hablando como iglesia acerca de Cultura de Intimidad, necesitamos tener una relación personal con Jesús. Muchas personas nos pueden enseñar técnicas, formas, nos pueden enseñar de sus experiencias, pero lo que tiene el verdadero valor es lo que construimos personalmente en una relación con Jesús, lo cual es invaluable. Por eso Josué tiene que encontrarse con Dios, que ya no es el Dios de Moisés, sino que se le presenta como el Señor de los Ejércitos Celestiales, el Josué perfecto que un día redimirá la tierra dando su vida, el Alfa y la Omega y le vuelve a repetir que quite el calzado de sus pies porque a partir de ese momento el peleara por su vida. Josué empezó a caminar en obediencia dando pasos de fe, sabiendo que el Señor iba adelante y entendiendo que en cada paso que daba el lugar iba a ser redimido. El avance del pueblo de Dios sana la tierra, bendice personas y transforma corazones por eso la batalla es en contra de la iglesia de Cristo, en contra de lo que hace, entonces cuando la iglesia deja de avanzar el enemigo toma terreno y cuando la iglesia deja de desarrollarse el infierno  se establece en un lugar.

Hay naciones en Latinoamérica donde la iglesia ha crecido en número pero han cedido lugares a Satanás y Argentina es una muestra de eso, el cielo nos está sacudiendo para ser una iglesia atrevida que llene todo de la plenitud de Cristo, que no se avergüence y que entienda que el espacio que le ha tocado es un espacio con el que Dios tiene propósito. Esa tierra que Dios puso delante de nosotros, esa historia familiar, ese barrio, ese lugar, esa ciudad, esa nación sin duda está llena de gigantes, porque Dios no nos da nunca nada que no esté rodeado de gigantes. Es  imposible que aquello que vamos a tomar no implique un sacrificio, la biblia nos enseña de eso, detrás de una promesa había un sacrificio, ¿Y esto es por qué Dios exige un tributo? Por supuesto que no, lo que requiere el Señor es que a cada paso  nos vaciemos de nosotros mismos para que por medio de su gloria él nos de la victoria.

La palabra fuerte viene del hebreo “jazak” que significa fortalecer, prevalecer, ser fuerte, hacerse fuerte, ser valiente, ser firme, ser resuelto, endurecerse, en esta palabra está presente la idea de agarrarse firmemente a la fuerza que Dios nos ofrece. Cuando Dios dice “se fuerte” nos está diciendo: ¡agarrate! Ser fuerte no es que debemos aguantarnos todo sino que por delante hay algo que nos supera, nosotros no tenemos la suficiente fuerza para todo lo que Dios tiene, porque Dios llama desde los insuficientes para completarnos con su gloria.

Las puertas del infierno no prevalecen en contra de la iglesia, vamos hacia adelante, Dios es así con nosotros pues su propósito no es solo satisfacer nuestras necesidades, sino que el propósito de Dios fue derramar su sangre en la cruz para darnos un espíritu de conquista, un destino. En Dios están todas nuestras necesidades satisfechas pero la necesidad más grande que cualquier ser humano tiene es una causa, es la necesidad de conquistar, de avanzar, por eso el arma más perversa del infierno en este tiempo es la comodidad, nos encontramos bien en nuestra comodidad creyendo que ya no hay nada más para dar, nada más para ofrecer y cuando nos quisimos dar cuenta nuestras casas se congelaron.

Que feo es criar un nene en una casa congelada porque nace con el corazón frio y cuando nos queremos acordar no podemos atraerlo al fuego. Por eso Dios le dice a Josué “jasak” agarrate pues iba a ver lo que Moisés no pudo ver y Dios le promete a Josué que así como estuvo con Moisés lo iba hacer con él. Este agarrate es el mismo del que se habla en Isaías 41:10 “yo soy el Dios que te sujeta (jasak) el que te agarra, el que te sostiene de tu mano derecha, vas a pasar por el fuego y no te quemaras, vas atravesar las aguas y no te vas a ahogar  porque yo soy el Dios que te sujeta” (jasak)

La palabra valiente en hebreo es “gibbor” que significa guerrero fuerte, audaz, intrépido en la batalla, esta palabra se usa en Deuteronomio 31:7 donde Moisés le dice a Josué que sea fuerte y valiente, y en Josué 1:9 donde Dios le dice lo mismo, que sea fuerte y valiente. Gibbor no es una actitud, sino que es la descripción de una persona, más que describir una acción nos dice “tenés que ser valiente”, más que decirle que debe hacer es describir a una persona a quien imitar. Un poco después Josué se encuentra con esta persona, cuando hay una teofanía de Jesús que le dice ¡Yo soy el Guerrero Valiente, el Príncipe de los Ejércitos Celestiales, yo tengo mi espada desenvainada y voy delante tuyo!

La valentía de Josué no reside en la capacidad de hacer cosas imposibles sino de entender que delante de él va el Guerrero, el Príncipe de los Ejércitos Celestiales. ¿En qué consistía la valentía de Josué?  En la obediencia, todo lo que Dios le decía él lo hacía, desarrollando así una relación íntima.

Dios sigue siendo el mismo Dios de Josué, la diferencia es que en el medio apareció Jesús y cuando nos arrepentimos nos llueve la sangre del Cordero. Si nosotros no nos arrepentimos y ocultamos el pecado haciéndolo parte de nuestras vidas, Dios no lo va a pasar por alto, no nos demos el lujo de vivir con el pecado escondido sino aceptar la falla y arrepentirnos. Debemos tener la valentía de aferrarnos y de saber que el Guerrero Valiente va con nosotros, que él está a donde quiera que vayamos. Jesús uso estas mismas palabras “yo estaré con ustedes todos los días y hasta el fin del mundo”

El fin del mundo no tiene que ver solo con una cuestión de tiempo sino también tiene que ver con una cuestión de geografía, “voy a estar con ustedes todos los días y en cualquier lugar, voy a estar con ustedes desde acá hasta el fin del mundo” “voy a estar con ustedes cuando sus hogares se congelen y cuando sus hogares estén encendidos, voy a estar con ustedes cuando pierdan y cuando ganen, voy a estar con ustedes en el peor momento, pero no puedo negar lo que digo porque yo soy Dios, escogí tu vida, la de tus hijos, les di una tierra para conquistar, Yo soy el Señor tu Dios, no tengan miedo, ni se desanimen porque estaré todos los días a donde quiera que vayan”

Dios después de las promesas, le pide a Josué que lea el libro de la ley para que se nutra de la palabra. El tema aquí no es llegar sino que después que llegamos debemos llenar todo de Dios, lo más difícil no es llegar o conquistar algo sino poseerlo, es quedarnos allí, es perseverar, es construir una habitación, es vivir en plenitud, muchos llegan pero son pocos los que permanecen y se quedan. Nuestra misión es que las ciudades que el Señor nos ha otorgado sean llenas de la gloria de Dios, por eso construimos, llegamos a la gente que tiene necesidad, sembramos lo que Dios nos ha dado. La misión del pueblo era poseer la tierra y hacer de esa tierra una habitación permanente para Dios, por eso Josué dice: “mi casa y yo serviremos al Señor” Josué 24:15

Pero Josué se quedó corto, porque la misión de Josué no era solo su casa y el, sino que su misión era poseer la tierra, liderar un pueblo para que esa tierra sea llena de la gloria de Dios y ese pueblo sea la luz que refleje a Dios a todas las naciones de la tierra. Pero el pueblo no termina de entenderlo, por eso falla y a raíz de esa falla Dios que tiene un plan mayor, nos conecta a todos y hace de los dos pueblos uno solo, que tiene la responsabilidad de llenar de la gloria de Dios a cada lugar.

Dios nos asignó este espacio geográfico para siempre, la Patagonia es una plataforma de avivamiento para las naciones y aunque parece una locura y aunque esta tierra este llena de gigantes, todo lo que Dios haga es este lugar será como una caja de resonancia que será escuchado en las naciones. Esta es una tierra de bendición, de avivamiento, todo lo que suceda en este lugar inspirara e impulsara a muchos.

No menospreciemos la tierra que Dios nos dio por heredad, por supuesto que hay gigantes, limitaciones, pero no será más fácil en otro lugar porque si Dios nos asignó estas tierra sin duda será una ciudad de refugio para el Señor. No nos conformemos a la tierra, ni a la cultura de este espacio, no somos rawsenses sino que somos ciudadanos del cielo. Nuestra misión es traer el cielo a este lugar y no que la cultura de la tierra nos dé forma a nosotros, no podemos dejar que el sistema de este mundo lidere a nuestros hijos, lidere nuestra fe, lidere nuestra ciudad, porque el sistema de este mundo con todo lo bueno y malo que tiene es perverso y solo satisface el corazón de los hombres. Tenemos que llevar a Cristo y llenar con el cielo cada ámbito, pues estamos convencidos que esta tierra fue destinada a producir cosas extraordinarias. A la iglesia de diez años atrás le costaba mucho construir pero con lo poco que tenían fueron tan fieles, que ahora que nos toca a nosotros las naciones serán llenas de la gloria de Dios.

Dios le dijo a Josué que sea fuerte y valiente, que esa tierra que estaba pisando era santa, asimismo debemos saber que el lugar donde estamos viviendo es santo, santifiquémoslo, bendigámoslo para que se derriben los muros, pues el Señor es quien lo llena todo y en todo, llenemos todo de Jesús porque el lugar que pisan nuestros pies es santo.

No es momento para estar congelados, seamos fuertes y valientes. Salgamos en búsqueda del guerrero, dejemos que el Espíritu Santo nos llene. El Señor está con nosotros a donde quiera que vayamos, seamos obedientes, seamos llenos del Espíritu Santo, estemos preparados para que nada se pierda. No hay descanso, peleemos por nuestros hogares, peleemos por el propósito de nuestros hijos, el tiempo no cura nada, no hace más fáciles las cosas, no hay descanso. Hoy el Señor nos dice “se fuerte y valiente” pues el guerrero va delante, la victoria es del Señor.

“Que los muros se caigan, tomemos el espacio que Dios nos dio, pues todo lugar que pise la planta de nuestros pies le pertenece al Señor, cada lugar que pisemos debe ser transformado pues el guerrero va delante, no nos vamos a congelar. Tomemos lo que Dios nos entregó, seamos fuertes y valientes porque lo que viene de parte de Dios es extraordinario”

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