Selah

Domingo 12 de noviembre de 2023

Estamos leyendo como iglesia el libro de 1º de Juan el cual está escrito de manera explícita y práctica. Es necesario en este tiempo hablar de lo que Dios puso en el corazón: tener un avivamiento sustentable y estamos caminando para lograrlo. Con la lectura de la palabra Dios trae dirección y cosas claves en los momentos que estamos construyendo. La carta de 1º de Juan habla de cómo mantener la Nueva Vida en nosotros y nos une en un mismo lenguaje.

La palabra Selah la encontramos en el libro de Salmos y si bien no hay una traducción especifica de lo que significa esta palabra, podemos decir que Selah: es un tiempo de pausa o suspensión necesaria para reflexionar en lo que antecede y estar preparado para lo que sigue. Es una pausa necesaria en una vida que está muy apurada. Nos recuerda que es importante reflexionar en lo que estamos leyendo.  Eso es difícil de lograr en una lectura rápida, aplica no solo cuando vemos la palabra en un salmo, sino también cada vez que sea necesario. Debemos comprender lo que la Biblia dice y cómo nos lleva a un mejor entendimiento de Dios para alabarle mejor y amarle por quién es él y lo que ha hecho.

 Hoy podemos ver un Selah como una invitación a hacer una pausa del ruido de nuestras vidas para considerar a Cristo.

Es un momento de reflexión que hoy necesitamos y más que hacer silencio tenemos que reflexionar, prestar atención a todo lo que estamos viendo. Necesitamos entender hacia dónde y cómo Dios nos quiere llevar. Cuál es la palabra justa para el momento justo, necesitamos detenernos a masticar la palabra, a deleitarnos y a meditar. Muchas veces decimos que no tenemos tiempo, pero debemos entender que el tiempo es un regalo de Dios, es un don de Dios para el hombre, tenemos que reflexionar en cómo lo invertimos, cómo lo administramos, cómo lo llevamos adelante, con qué cosas avanzamos y cuales debemos dejar. Lo que hacemos hoy afectará nuestra eternidad, entonces debemos reflexionar acerca de la vida y la palabra de Dios. Cuál es nuestra cosmovisión del mundo en este momento, podemos ponernos los lentes de este sistema y decir que esta todo mal, desesperarnos y correr a un refugio, estar pendientes de lo que ocurrirá en las próximas elecciones. Sin embargo, debemos tener paz porque, si caminamos en la voluntad del Señor y si realmente tomamos una pausa para reflexionar, vamos a tener otro tipo de lentes para mirar la vida y cada situación, porque miraremos a través de la palabra de Dios. 

1º Juan 2:1-2 (NVI)

Jesús es el sacrificio, es quien pagó el precio, nosotros no tenemos que hacer nada para pagar nuestros pecados. De antemano, avisa Juan en la carta que no hay ningún esfuerzo que debemos hacer, ni convencer a Dios con las obras de justicia, ni de darle un favor congregándose, o por temor de ir al infierno, o porque el obrero nos pide, sino que ya uno hizo el sacrificio: Jesús. El ya abrió el camino, por eso no debemos hacer ningún sacrificio para merecer su favor, sino solo amarle, obedecerle y aceptar esta invitación. El justo ya hizo todo, nosotros solo debemos darnos, vivir y entregarnos a Él. Lo cual no debe ser un sacrificio, sino un deleite. Jesús murió por todos, por eso debemos vivir para él y responder a ese sacrificio, pues la sangre del Cordero se derramó por nuestros pecados y por los de todos.

Él es el Justo quien intercede por nosotros para que vivamos la vida que él vivió en la tierra y para que seamos aprobados delante del Padre.

Vamos a considerar cinco puntos a tener en cuenta de lo que nos habla Juan:

OBEDIENCIA: 

Quizás pensemos que a Juan se le hizo fácil la vida porque escribió esta carta, caminó con Jesús, con el verbo, con Dios mismo. Sin embargo, no le fue fácil, porque desde que nació la iglesia todo el tiempo tuvieron que vivir persecución, perseguidos por sus hermanos judíos, por los romanos, cuestionados por los gentiles. Los once discípulos que eran sus amigos murieron martirizados, también apedrearon a Esteban, le quitan la vida a su hermano Santiago, y a los cristianos a quienes ellos les habían predicado los llevaban al circo romano como diversión. No les fue fácil, pero ¿Qué ardía en los corazones de estos hombres? No negaban su fe pero seguramente deberían luchar con sus problemas personales, con sus familias y muchas situaciones difíciles, pero ¿Cómo pudieron avanzar y dejarnos este legado? ¿Cómo pudieron avanzar con todo el mundo en contra, sin callar lo que habían visto u oído? Tenemos como iglesia un gran legado, tenemos hombres que han dado su vida, tenemos gente que nos inspira con el mensaje, ellos eran obedientes en medio de situaciones adversas. Vemos cómo a Juan lo ponen en una olla con aceite hirviendo y sin embargo sale de allí sin ningún problema y termina sus días en una isla escribiendo el Apocalipsis y muriendo de anciano.

Sin dudas el Espíritu Santo los usó, por eso debemos pedirle que nos enseñe a tener la fe que ellos tenían. Entendemos que cuando la luz comienza a avanzar, alumbrar y a obrar el enemigo no va a querer soltar, dejar. No va a querer que nuestra vida le pertenezca a Cristo, va a pelear y a luchar, va intentar apagar nuestra fe, desanimarnos y a apagarnos, pero hoy respondemos a una invitación que el Señor nos hace, no es para tener miedo, sino que debemos declarar que mayor es el que está en nosotros (1º Juan 4:4) para que cuando las cosas se tornen difíciles podamos mantener nuestra fe intacta, firme, constante.

1º Juan 2:5-6 (NVI)

¿Cómo sabemos si conocemos a Dios? A través de la obediencia a sus mandamientos, la obediencia es algo que los apóstoles y el mismo Jesús lo puso como base para todos sus seguidores. (San Juan 6:38 – San Juan 14:15 – San Juan 14:21 – Santiago 1:22)

¿Cuál es el anti diseño de la obediencia? La desobediencia, la rebeldía que está en nuestra naturaleza, nacemos con eso. La falta de sometimiento es algo que está en todos los seres humanos latente, con lo cual tendremos que luchar constantemente. Pero la obediencia tiene un poder impresionante, el enemigo solo se va a enmudecer o someter cuando vea una vida en obediencia, porque él no la puede limitar. Siempre el enemigo va a ir en contra del diseño que es la obediencia, por eso, nos va a intentar agitar la parte de esa naturaleza caída para ir en contra. Jesús lo vivió en carne propia, dice la palabra por lo cual “padeció, aprendió obediencia…” (Hebreos 5:8) tuvo que aceptar la voluntad de Dios, a caminar en integridad, a vivir conforme a como el Padre quería que viviera. (2º Corintios 10:5)

La obediencia debe ser parte del carácter de los hijos de Dios, no la podemos negociar.

Somos influenciados por la cultura, por el lugar donde crecimos, lo cual no es una limitación, sino que lo podemos vencer, resistir y caminar en obediencia. Estamos en una contracultura permanentemente pero aprendimos obediencia de Jesús, detrás hay un principio espiritual que nos dice que si obedecemos hay bendición. Detrás de todo lo que hacemos como iglesia hay un principio espiritual, por eso la obediencia es un arma poderosa. Juan nos dice: “los que conocen a Dios son los que obedecen, pero el que no obedece los mandamientos no conoce a Dios”

Señor hay áreas de nuestras vidas que no quieren someterse a tu palabra, que no quieren obedecer. Hay cosas que estamos evitando pero el Espíritu Santo nos lleva a la obediencia, porque este es el camino que tomo Jesús, el cual nos lleva a la vida eterna, a una vida plena, a una vida en abundancia. Señor, llévate de nuestras mentes todos los pensamientos que no se someten a la obediencia de Cristo, que no se quieren someter a las verdades y nos hacen actuar de manera diferente. Te pedimos, Señor, que te lleves cautivos todos los pensamientos para que obedezcan a Cristo. Todo lo que se levanta en contra del conocimiento de Dios, todos los argumentos, todas las altiveces, las rendimos para que tu palabra las rompa. Queremos ser obedientes en cuerpo, alma y espíritu, nos reconciliamos con tus mandamientos, Señor. La única manera que el enemigo va a ser vencido es que podamos obedecerte hasta el final, lo resistimos con tu palabra. Señor, somos frutos de la obediencia de un hombre que se sembró hasta la muerte y muerte de cruz, no le pertenecemos a la falta de sometimiento, somos hijos obedientes en el nombre de Jesús.”

1º Juan 2:8-11 (NVI)

AMAR A LOS HERMANOS:

No hay una carta pastoral o paulina que no diga “ámense unos a otros”. Debemos estar dispuestos a amarnos y honrarnos los unos a los otros, este es un mandamiento que el Señor nos insta a obedecer, que amemos a todos por igual. Jesús derramó su amor sin condición, lo derramó hacia todos. El no clasificó su amor en las personas y estamos todos pensando que Jesús nos dejó la vara muy alta, pero ese es el camino que estamos eligiendo. Podemos ignorar esto y vivir una vida de falsedad o podemos involucrarnos con la palabra y vivirla al pie de la letra, para ser totalmente radicales viviendo como Jesús lo hizo.

Ellos todo el tiempo estaban hablando de esto, tenían sus diferencias, pero prevalecía el amor, ¿estamos amando al hermano, lo considero como hijo e hija de Dios? estamos construyendo hoy los vínculos eternos, es por eso que el enemigo va a intentar una y otra vez poner divisiones, sospechas, malos pensamientos. Debemos librarnos de los pensamientos de este sistema que lo único que quiere es traer destrucción al plan de Dios. Su plan es que él vino para tener una familia, no somos perfectos, pero vamos a estar en todo momento y cuando haya algo fuera de lugar vamos a confrontarlo. Satanás continuamente no está acusando pero no le daremos lugar, pues el amor cubre multitud de faltas. (San Juan 13:35 – 1º Pedro 1:22 – Efesios 5:21 – Romanos 12:10)

¿Cuál es el anti diseño? Ponernos en primer lugar todo el tiempo. Podemos estar en una transición con nuestra identidad, podemos estar heridos, pero no nos quedamos a vivir en ese lugar, sino que cuando encontramos restauración y sanidad comenzamos a manifestar ese amor que nos sanó, nos liberó y que nos potencia para realmente amar. Este sistema, el mundo a través de personas nos quiso apagar el amor verdadero, quiso que odiemos, que tengamos hambre y sed de venganza pero cuando conocimos a Cristo nos envió a perdonar. Porque el odio y la falta de perdón es una mochila que cargamos y por más que pidamos venganza, esa mochila no se va a ir, lo único que la sacará es reconciliarnos con el Señor para que trate con nuestras vidas y con su mano poderosa sane el cuerpo para ser libre. Ese es el amor que sana y con ese amor recibido debemos amar, ese amor tan grande y tan inexplicable que Jesús tiene para con nosotros.

La llave para amar a los hermanos es pertenecer al cuerpo de Cristo y servir a todos.

“Señor, que este amor crezca en nosotros, somos una iglesia que va a reconciliarse con el amor genuino y verdadero, una iglesia que aprende a someterse unos a otros en amor, en honra, en cuidado. El amor todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta, el amor nunca deja de ser, su amor llena nuestros corazones. Hacemos espacio para amar a otros, así como amamos a nuestro prójimo, a nuestra familia, a nuestros hermanos en la iglesia y hacemos una milla extra amando a nuestros enemigos, a los que no nos quieren. Amamos a las naciones, abrazamos naciones, quizás no vamos a estar de acuerdo con todos, pero hay un principio de amor, de honra, que no podemos negociar. Señor, enséñanos a amar, tal vez somos muy buenos hijos pero no estamos siendo buenos hermanos, por eso queremos aprender a amar con todo nuestro corazón. El amor es parte de un avivamiento, porque es algo que el mundo no lo puede entender. El amor vence. Amamos Señor como tú amas y estaremos dispuestos a confrontar en amor lo que sea necesario. Dejamos de lado los cuestionamientos y las suposiciones, sobrellevamos los unos las cargas de los otros, la única deuda que debemos tener entre nosotros es la de amarnos y queremos aprenderlo, Señor”

NO AMAR AL MUNDO:

1º Juan 2:15-18 (NVI)

Está hablando de un sistema de valores, sistema que está corrompido, un sistema humanístico que está contradiciendo todos los días. Amar al mundo tiene que ver con apegarnos a las cosas que nos dan seguridad, que le damos valor. No tiene que ver con personas, sino con las cosas. (San Mateo 6:21)

No podemos dejar que las cosas que logramos o que hacemos sean nuestro tesoro, sino que nuestro tesoro es Jesús.

La corriente nos lleva a estar preocupados, eso es lo que hace el enemigo, que podamos estar en un estado de preocupación permanente, pero la palabra nos dice que no estemos ansiosos por nada (Filipenses 4:6). Pero a veces no reflexionamos en esto y nos dejamos llevar y ya la fe no está ni siquiera en nuestro lenguaje, ponemos límites, bajamos nuestras estructuras, nuestras formas. Estamos ansiosos y preocupados porque la corriente nos lleva y ahí es necesario hacer un Selah, estamos agotados, cansados, usamos las mismas palabras que usan los demás. Y, sin duda en algún momento nos va a pasar pero que eso no nos robe la alegría, ni la paz. Muchas veces las prioridades se comienzan a disminuir, el reino de Dios lo dejamos para lo último, y así nunca podemos ver resultados porque estamos haciendo las mismas cuentas y los mismos patrones que hacen todos.

Reflexionemos, hoy más que nunca debemos hacer un Selah porque esto va a empeorar, porque esto crece, no sabemos cuántas horas más vamos a tener que trabajar, pero el tema no es cómo lo vamos hacer, sino cómo lo vamos a enfrentar. Que las ocupaciones en nuestras vidas no nos roben el gozo, la alegría y el tiempo para servir a Dios. No tenemos que estar veinticuatro horas en la iglesia, pero sí el tiempo para conectarnos con el cuerpo. A veces nos desconectamos tanto del cuerpo, de la comunión, no tenemos afinidad con nadie, no nos conocemos, no cultivamos una amistad, no procuramos bendecir a alguien y nos volvemos como la cultura de estas ciudades, apáticas, indiferentes, pero Jesús dijo: entre ustedes no será así.

Dios quiere romper nuestras estructuras culturales ¿está mal ser patriota y amar a nuestra nación? Por supuesto que no, lo que está mal es ponerla por encima de la cultura del reino. Nos dice la palabra que somos peregrinos en esta tierra, no sabemos cuántos años vamos a vivir, pero debemos preguntarnos ¿Qué estamos haciendo con esos años de vida? ¿Dónde los estamos invirtiendo? Tenemos que hacer pausas, tomemos un Selah. La falta de propósito endurece el corazón y hace que estemos más apegados a este sistema, a las cosas que se tocan y se ven, que a las cosas que no se ven.  

Debemos tener un cambio de mentalidad, de ver la vida como un regalo de Dios, nuestro trabajo como un don de Dios, nuestra casa como un lugar que Dios ha elegido con un propósito; tenemos que verlo y vivirlo.

“Señor, haz que las cosas del cielo sean más reales que las de la tierra” ¿Cuál es la llave para no amar al mundo? Precisamente el que hace la voluntad de Dios, es el que permanece para siempre. «He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás, la cruz delante y el mundo atrás, no vuelvo atrás». Este es nuestro pacto y deseo con el Señor”

CUIDARNOS DE LOS ANTICRISTOS

1º Juan 2:18 (NVI)

Como hijos de Dios no estamos para buscar a dónde está el anticristo, de hecho está desde siempre, que es el espíritu de este mundo que es Satanás mismo. Nos dice la palabra que van haber muchos engañadores, charlatanes, burladores, que ya están hablando en nombre del Señor pero que nada está sustentado por la palabra. Cuán fuerte es entender los principios y mandamientos de Dios porque cuando escuchamos algo que se contradice nos hace ruido. Hubo concilios que duraron años para responder a preguntas que hoy gracias a Dios han sido conservadas, pero el enemigo no descansa, todo el tiempo va a estar enviando fabulas, engañando, trayendo un evangelio más tranquilo, más liviano engañando nuestros corazones.  

No estamos para buscar a donde está el anticristo, sino que estamos para mostrar a Cristo.

Va a venir un anticristo, un hombre que engañará con una falsa paz y seguridad. Viviremos algo así, por eso el Señor nos hace conocer la verdad para poder vivir las temporadas que van a venir. Este hombre hará algo que va a traer destrucción, de hecho ya se está preparando en Israel hacer el tercer templo, pues está todo escrito en la palabra y este hombre entrará al templo y traerá la abominación desoladora sacrificando algo impuro para los judíos y allí vendrá lo terrible, los judíos serán perseguidos. Debemos prestar atención a las profecías, en lo que Él dijo, todo lo dicho se cumplió y en lo que falta debemos caminar en el cumplimiento en obediencia y amándolo. Hay algo por lo que Jesús estaba preocupado, por eso les dijo a los suyos: <que no se dejen engañar>

Debemos conocer las temporadas que estamos viviendo y no tener miedo a ser engañados, más bien debemos tener nuestra mirada puesta en la palabra de Dios.

Muchas veces nos vamos a engañar a nosotros mismos, la palabra nos menciona:<que el corazón es engañoso> (Jeremías 17:9). Por eso, necesitamos profundizar en las escrituras, conectarnos a una comunidad de fe que nos pueda guiar, e impartir y cumplir lo que está en su palabra: amarnos unos a otros, hacer su voluntad, cumplir los mandamientos, los principios del Señor, esperar con expectativas su venida, no apegarnos a este mundo, sino a las cosas celestiales.

1º Juan 2:28 (NVI)

PERMANECER EN DIOS:

Separados de él no podemos hacer nada, al alejarnos lo único que logramos es estar separados y nos va asfixiar el mundo, las circunstancias, porque estamos lejos. Pero cuando estamos conectados con él podemos permanecer, tener seguridad, certeza, caminar firmes, con propósito, en plenitud, en alegría y aun en medio de la tristeza podemos experimentar esa paz que sobrepasa todo entendimiento, pero separados de Él es imposible. Por eso Juan nos dice que permanezcamos en él.

La permanencia en Dios nos hace conscientes de su regreso y nos hace estar preparados diligentemente.

1º Tesalonicenses 5:1-8 Estar sobrios, alguien que está sobrio es alguien que está atento en todos sus sentidos y eso es lo que está intentando hacer Juan con nosotros para ver un avivamiento sustentable: sobriedad, diligencia, permanencia. Dice Juan: no te apegues al mundo porque te va a seducir, todo eso pasará, pero si hacemos la voluntad del Padre vamos a permanecer para siempre. Vamos a elegir pelear la buena batalla de la fe, no nos peleemos con el hermano en cosas que no tienen sentido ni valor, sino peleemos al enemigo las almas, lo que queremos recuperar. Enfoquémonos en el Señor, mantengamos nuestros ojos atentos porque la recompensa es grande, es real. 

“Espíritu Santo, trae a nuestras vidas sanidad, libertad a través de la palabra. Es necesario que tomemos una pausa y reflexionemos, se nos hace difícil hablarnos a nosotros mismos, pero hoy a la luz de su palabra nos estamos mirando como en un espejo. Su palabra no condena, no acusa, sino que nos lleva a reconciliarnos con nosotros mismos y con el diseño de Dios que es la iglesia, que es la familia, el matrimonio. Su palabra nos reconcilia con todo lo que ha diseñado, hace que produzca en nosotros un deseo por hacer su voluntad porque le amamos, le elegimos. Todo lo que nos resta de vida, Señor, queremos gastarnos y pelear en lo que es correcto.

Tenemos que mantener el corazón enfocado para que el avivamiento continúe, queremos un despertar al amor, a la pasión, a la devoción. Queremos que nuestras familias abracen llamados, propósitos, que le digan no a las propuestas de este sistema que los adormece, que los embriaga. Queremos beber de Él, queremos amarle con todo el corazón. Nos reconciliamos con tu palabra, Señor, no importa lo que cueste, qué podemos perder, este mundo nos hizo perder muchas cosas, pero en ti encontramos ganancias y estamos dispuestos a seguir tus instrucciones, queremos serte fieles.”

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