BUENAS NOTICIAS

“La fe es como una puerta que te conduce por un camino lleno de gracia, donde solo van los que se atreven a creer sin ver. En ese camino sos justificado y aunque haya pruebas, dolor y perdidas, la paz es consecuencia de haber creído. La fe es como una gran raíz de un gran árbol, que aunque nadie la vea, llega hasta lo profundo, hasta lo insondable. Una vez que hecha raíz es imposible extirparla, y ese árbol crece y da frutos visibles.” 

Poema por Yamila Arce.

 

En medio de tantos conflictos y malas noticias entendemos que hay un evangelio que no está corrompido sino que es puro, genuino. La palabra evangelio significa “buenas noticias” y es lo que nosotros hemos recibido, abrazado y decidido creer.

Sabemos que hay una buena noticia que es eterna, permanece y tiene poder por sobre cualquier otra noticia y es el evangelio. Lo que Jesús primeramente nos envió hacer fue discípulos a todas las naciones, contando lo que Dios hizo en nosotros y replicando lo que le vimos hacer, para ello nos dejó su palabra y su Espíritu Santo de guía.

Romanos 5:1  Es una carta que nos lleva a liberarnos, si bien está escrita para los romanos, Pablo se encarga detalladamente de mostrarnos la justicia y la gracia de Dios para todos, entendiendo que su gracia es suficiente. Fuimos justificados mediante la fe pues el Señor corrió el pecado que obstaculizaba nuestras vidas y nos hizo justos. Vemos en el Antiguo Testamento a Abraham el padre de la fe, quien le creyó la promesa a Dios y fue contado por justicia. Así nosotros que vivíamos en pecado con solo creer en Él nos quitó ese pecado y nos declaró justos delante del Padre por eso ya el enemigo no tiene poder para avergonzarnos. Dios desde antes de la fundación del mundo ya nos eligió, nos preservo para este tiempo, debemos entender esto y pedirle a Dios que se nos revele a nuestro espíritu.

Por medio de esta justificación a través de la vida de Jesucristo obtenemos paz con Dios, pues antes viviendo en pecado estábamos peleados, enemistados y lejos de Dios viviendo separados de Él. Esa paz que viene de parte de Dios es eterna, sobrepasa todo entendimiento y aun en medio de las crisis y situaciones más difíciles esa paz permanece aunque quizás el mundo no la entiende porque no puede ofrecerla.

No es una paz donde todo nos va bien sino que se trata de la Presencia de Dios viviendo y gobernando en nosotros. La justificación nos quita la culpa y el pecado, por eso somos justificados.

Romanos 5:2  Tenemos acceso a la gracia de Dios a través de la fe, esa gracia que nos salvó, que nos rescató y nos llevó de las tinieblas a su luz admirable, íbamos camino a la muerte, al infierno y ahí su gracia nos puso en un lugar inmerecido, nos sentó en los lugares celestiales junto con Cristo Jesús. Cambio nuestra posición de pecador a hijo de Dios acepto y amado en El dándonos identidad. La palabra nos dice que cuanto más abunde el pecado la gracia va a sobreabundar, porque la gracia es la salvación que gracias a Jesús y a la fe nos acerca al Padre.

Su palabra nos menciona que el justo por la fe vivirá lo que quizás nos lleva a preguntarnos ¿en los momentos difíciles como nos movemos por vista o por fe? Quizás frente a alguna enfermedad la primera reacción es correr al médico pues estamos acostumbrados al ambiente natural en el que nos movemos, pero el Señor nos desafía a que  podamos clamar y orar por la situación.

Nuestra fe siempre nos va a llevar a depender de Dios sabiendo que él tiene la última palabra. Vivir por fe no solo se trata de cantar, adorar sino que es tomar en serio lo que nos declara su palabra y ponerlo por obra. Muchas veces preferimos anclarnos en lo que vemos más seguro para nosotros pero el Señor nos quiere desafiar a vivir y experimentar niveles más profundos en la fe que cambiaran aun nuestra manera de orar y de ver las cosas.

La fe no es hacer locuras sino que se despierta por el oír la palabra de Dios, cada movimiento que hagamos por fe estará guiado por el Espíritu Santo pues la palabra abundara en nosotros y la viviremos. No vivimos por sentimientos ni por emociones, nuestro fundamento no está anclado en ver que gobernantes asumirán sino que nuestra confianza y dependencia vienen de Jesucristo.

En Colosenses 1:27 Pablo nos menciona que Cristo en nosotros es esperanza de gloria, pero en romanos nos dice que tenemos esperanza en la gloria de Dios y quizás con esto podemos entrar en algún conflicto. Pero entendemos que la gloria de Dios es la obra, la muerte, la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Para el mundo fue una locura, una ridiculez, pero Dios al entregar a su hijo en la cruz mostro su sabiduría. En el Edén cuando entro el pecado en el hombre Dios dialogo con la serpiente (satanás)  haciéndole ver que la simiente de una mujer le iba a pisar la cabeza provocando que satanás desde ese momento no descanse buscando quien le iba a aplastar la cabeza.

Cuando Jesús fue llevado al desierto siendo tentado por el diablo en su poder, lo echa fuera mencionándole las escrituras provocando que este lo deje, pero lo que no imaginaba el enemigo era que Jesús iba a morir en la cruz trayendo libertad para todos. En la antigüedad para ser perdonado había que sacrificar un animal y presentarlo para la expiación de los pecados, todo esto cambio cuando Jesús vino a la tierra y se presentó como sacrificio vivo para el perdón de pecados de toda la humanidad poniendo fin a la esclavitud.

Esta obra marcada por Jesús para el mundo espiritual es la gloria de Dios y satanás conoce el poder que tiene pues fue vencido junto a todas sus potestades, las promesas de Dios se cumplieron al pie de la letra y todo lo escrito estaba hecho, pero además no solamente la gloria de Dios está en un hombre sino que ahora la gloria de Dios está en su iglesia.

El infierno tiembla al saber esto, Dios deposito su maravillosa gloria en cada uno y esto se nos tiene que revelar para entender el tremendo poder que Dios nos confió. El acto que Jesús hizo de entregarse y dar su gloria para compartirla con nosotros fue la acción más clara de su perfecto amor, es maravilloso. Pero esto no queda ahí sino que estamos en la esperanza de ver la gloria en plenitud, falta todavía un poco para que el infierno no tenga más poder sobre este mundo, para que este sistema perverso pierda efecto por sobre todos y la gloria de Jesús se perfeccione cuando estemos con él físicamente para ver su rostro.

Debemos ser conscientes de esa gloria que fue depositada en nuestras vidas, nos llenamos de esperanza declarando “Maranata ven Señor Jesús” porque El más que nosotros está deseando regresar para que todo este sistema corrupto pueda terminar. Mientras tanto debemos alegrarnos y regocijarnos de alcanzar la promesa de la gloria de Dios.

Romanos 5:3  Nos menciona que nos alegramos en nuestros sufrimientos, tribulaciones y quizás nos preguntemos ¿Qué utilidad tiene el sufrimiento? Pablo continuamente se alegraba en el padecimiento porque entendía que todo era circunstancial y como lo declara también “que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios”. Entendemos entonces que en Dios todo tiene utilidad, tiene intención y a lo mejor no llegamos a entender la magnitud de tribulación del otro, pero sabemos que la tribulación sin Dios defrauda, produce más dolor, tristeza, confusión pero las tribulaciones y sufrimiento en Cristo Jesús produce perseverancia, paciencia.

La palabra paciencia viene del griego hupomone que es la constancia de permanecer bajo el peso de las circunstancias adversas. Sin Cristo el sufrimiento produce impaciencia, intranquilidad, confusión, desolación, amargura, angustia pero cuando lo atravesamos bajo la gracia el sufrimiento produce paciencia porque hay una esperanza en nosotros porque no nos gobierna la circunstancia sino Cristo y a través de su persona todo lo podemos.

La paciencia, la perseverancia viene cuando aprendemos atravesar ese momento con alegría, Pablo fue advertido por el Espíritu que iría a un lugar donde iba a tener tribulaciones e iba a ser apresado, pero sin embargo él se gozaba. Pablo era un representante del judaísmo, más judío que los propios judíos, un hombre impecable en cuanto a la ley y a la sabiduría, pero que cuando conoce a Cristo el mismo se considera basura.

Hoy podemos decir que ese fue el llamado de Pablo, pero él nos dice en las escrituras sean imitadores de mi como yo de Cristo. Imitemos la actitud de Pablo, quizás no nos esperen cárceles físicas pero si muchas veces tenemos cárceles internas, cadenas que nos atan, que nos impiden ver la revelación de Jesús y no nos dejan avanzar. Circunstancias que nos quitan el gozo, la alegría comenzando a cuestionar situaciones, porque es más fácil siempre encontrar quien tiene la culpa de lo que nos sucede. Pero cuando nos introducimos en la gracia de Dios con esa paz que sobrepasa todo entendimiento podemos pasar cualquier circunstancia. La prueba nos hace crecer en Jesús mirando dodo de otra manera, el reino de Dios no es comida, ni bebida, no es nada material sino que consiste en justicia, gozo y paz en el Espíritu Santo.

Romanos 5:4  La tribulación produce paciencia, perseverancia y la perseverancia entereza de carácter, dejamos que Dios trabaje en nosotros para parecernos a Jesús quien tuvo un carácter manso y humilde entendiendo que el Espíritu Santo toma lo que está en el corazón de Jesús para colocarlo en nosotros. Cuando entregamos nuestro corazón al Señor está lleno de costras y cosas que no son buenas, pero cuando dejamos que el gobierne nuestras vidas permitimos que todo eso salga haciéndonos personas generosas, con corazón humilde, preparados para resistir toda tentación, para ver las pruebas con entereza de carácter pues somos hechura de Cristo, somos la obra maestra de Dios para caminar en lo bueno.

Con un carácter fortalecido nuestra esperanza aumenta, no nos defrauda, no lo vemos pero sabemos que esta, sabemos que vamos a ver cara a cara a Cristo Jesús. La esperanza nos hace descansar, creer, sabiendo que Dios derramo su amor en nuestros corazones a través de la persona del Espíritu Santo. Si no tuviéramos el Espíritu Santo no existiría la creación, no hubiese poder para predicar, no sentiríamos arrepentimiento, no seriamos santificados. El Espíritu Santo tiene una labor constante en su iglesia derramando el amor en nuestros corazones, ese amor es Jesús mismo, por eso el Espíritu y la novia dicen ¡ven!

Romanos 5:8-11  Ya todo fue hecho por eso vamos siendo perfeccionados cada día, todo el amor, todo el perdón, toda la gracia ya fue derramada. En medio de este tiempo nuestra fe va creciendo, necesitamos entrar a un mayor nivel que nos lleven a ver qué cosas producen alegría en nuestras vidas y que es lo que tenemos que mostrar a través nuestro.

“Jesucristo es el centro, él nos justificó permitiendo que a través de ello recibamos gracia y ese resultado nos de paz con Dios y esperanza siendo esto un motivo de alegría en nuestras vidas. Entendiendo que el sufrimiento nos lleva a perseverar, a poder tener entereza de carácter y esta entereza nos aumente nuestra esperanza en que la venida de Cristo Jesús se acerca pronto”

 

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