Dar la vuelta

 

14 de Julio de 2024

Josué 6
Identificamos en Josué el modelo de una generación a la cual debemos apuntar, Moisés
representa el estilo de una generación y Josué representa el modelo de otra. Ninguna de
las dos están bien o mal pero si hay características en cada una que debemos abrazar.
Encontramos un paralelismo entre Josué y Jesús, Josué es la sombra de lo que sería
después Jesús. Todo lo que Josué vive con el pueblo es un anticipo de lo que Jesús va
hacer con la iglesia. Josué cuando todavía estaba Moisés entra a la tierra prometida como
un precursor y años más tarde Jesús entra a la Presencia de Dios como un sacrificio
perfecto para darnos acceso a nosotros. Josué entra a la tierra prometida y lleva al pueblo
a ese lugar, años después Jesús se sacrifica y entra como precursor a la Presencia de Dios
así como un día todos lo haremos.
En Éxodo nos habla de cuando Moisés iba al monte a la Presencia de Dios, Josué mientras
tanto siendo joven permanecía en la tienda (tabernáculo) y a Jesús siendo niño
permanecía en el templo. Por eso vemos como Josué representa a la sombra de lo que
Jesús seria años después.
Debemos fortalecer algunas cosas como generación la cual no representa edades sino que
representa a todos los que convivimos ahora, quienes tenemos la convicción de que
veremos a Jesús regresar.
Mentalidad Precursora:
“Para un precursor el desierto no es un lugar de muerte sino que es una escuela para el
carácter”
Vemos como el pueblo con Moisés anduvo por el desierto sin poder entrar a la tierra,
pero con Josué sí pudieron hacerlo, cruzan el Jordán porque Dios se los promete y
después de haberlo cruzado Dios les pide que coloquen piedras las cuales representarían
que él había hecho maravillas entre ellos y que por los siglos de los siglos las seguiría
haciendo.
Jesús es bautizado en el Jordán y en San Lucas 4 nos habla de que después de ser
bautizado es llevado al desierto donde paso cuarenta días ayunando y cuando termina de
ayunar siente hambre y es tentado por el diablo, quien le dice que convierta las piedras en
pan. No sabemos si esas piedras son las mismas que Dios le dijo a Josué que pusieran,
pero si entendemos que Dios pone algunos detalles en la biblia que no son tan detalles y
ahí llegamos a la conclusión de que lo que a muchos puede matar a otros les fortalece el
carácter. Si estamos pasando por un desierto debemos saber que eso no nos va a matar
sino que va a perfeccionar el carácter de Jesús en nuestras vidas.

Cuando Jesús se bautizó el espíritu lo lleva al desierto y ahí estuvo cuarenta días, después
de bautizarse Jesús entra a la escuela del carácter, porque cuando va al desierto Jesús,
Dios le dice que necesita formar su corazón en el suyo para que no se corrompa cuando
venga su ministerio. Muchas veces nos pasa que queremos salir rápido del desierto y nos
salteamos algunas etapas y cuando viene la etapa de comenzar las obras, nos
corrompemos, porque no valoramos ese momento.
Un precursor acorta las distancias, porque lo que al pueblo lo tuvo años dando vuelta,
Jesús en un periodo más corto de tiempo formo el carácter de Dios en su vida volviéndose
uno con Dios para responder como Dios esperaba.
Josué 1:2
Es necesario que como generación podamos mudar de mentalidad, porque muchas veces
damos vuelta en el desierto en lugar de avanzar y dar vueltas alrededor de las promesas
de Dios. A Josué Dios le promete que al cruzar el Jordán les daría Jericó pero ellos
necesitarían marchar y dar vueltas, en una palabra Dios le está diciendo que dejen de dar
vueltas en el desierto para girar alrededor de sus promesas.
Debemos dar vueltas alrededor de las promesas de Dios, en algún momento se van a
cumplir pero mientras tanto en el proceso necesitamos fortalecer en nosotros la
obediencia. Es necesario que mudemos de mentalidad para dejar de ver el desierto un
lugar para dar vueltas, para enfocarnos en las promesas de Dios y girar alrededor de ellas.
Para un precursor el desierto es un lugar para acelerar procesos, pero esto no quiere decir
que las cosas se tornen más fáciles o que todo se resolverá, sino que entender que Dios
nos va a dar el carácter que necesitamos para atravesar y caminar en medio del desierto.
Necesitamos fortalecer la mente de Cristo en nuestras vidas, no ver el desierto como un
lugar de perdición sino verlo como la escuela para nuestro carácter y para nuestro
corazón. Un cambio de mentalidad está relacionado con una mayor dependencia y
profundidad en conocer la voz de Dios, es expandir nuestra visión para no quedarnos
cortos.
Muchas veces nuestras experiencias nos llevan actuar de forma automática y perdemos la
sensibilidad de escuchar la voz de Dios, renovar la mentalidad no es una opción para esta
generación sino que es una urgencia del Espíritu. Hay algunas cosas que el Espíritu habla,
otras que susurra y otras las grita, por eso la renovación de nuestra mente es un grito del
Espíritu, es un clamor, mudar nuestra mente todo el tiempo (Romanos 12) Alguien que no
renueva su mente puede estar cerrándole las puertas al fluir del Espíritu Santo. Muchas
veces todo lo que sabemos de Jesús no nos deja ver lo que él quiere hacer más adelante,
sabemos tanto de Jesús que todo eso no nos deja escucharlo, no le permitimos más
espacio. El reino de los cielos no es por experiencia sino que es por dependencia, no es
por cuanto sabemos o conocemos sino es por cuanto podemos escuchar la voz de Dios.

Para Dios el éxito no está relacionado con las manifestaciones de Dios en el pasado, sino
con nuestra sensibilidad de escuchar su voz en el presente. “Éxito no son las obras
pasadas, es nuestra sensibilidad en el presente”. Damos gloria a Dios por las cosas que
nos ha permitido vivir, pero no debemos quedarnos mirando ahí sino nos vamos a volver
unos nostálgicos y no vamos a ver que hoy Dios quiere seguir haciendo cosas y más
adelante también. No nos podemos quedar con lo que Dios hizo necesitamos amoldar
nuestro corazón a lo que él está haciendo ahora, necesitamos renovar nuestra mente,
esto es un grito del Espíritu Santo, porque si no todo lo que sabemos de Jesús nos va a
tapar los ojos y no veremos lo que quiere hacer.
Hay cosas que Dios está por hacer lo cual no necesita que lleguemos y nos preparemos
sino que nos preparemos para ir en pos de eso. En nosotros de forma innata hay un
espíritu de conquista, pues Dios a lo largo de la historia a la iglesia la llamo a conquistar,
desde que comenzó la historia ha despertado a algunos referentes pero su deseo siempre
fue el de despertar a una generación, paso con Abraham, Moisés y así levanto diferentes
referentes, pero no solo su propósito era levantar referentes sino que su deseo fue
despertar a la iglesia. En el liderazgo de Moisés la gente lo miraba a él pero en el liderazgo
de Josué la gente miraba a la Presencia. Josué llevaba el arca a todos lados ¿Por qué?
Porque cuando era joven permanecía en la tienda y allí se dio cuenta que eso era lo que
necesitaban, eso era lo que funcionaba.
Obediencia Radical:
Mientras Adán y Eva en el contexto ideal se corrompieron, Jesús en el contexto más difícil
produjo una transformación nunca antes vista. No se trata del contexto en el que estamos
pues Adán y Eva estaban en el paraíso y pecaron, Jesús vino a la tierra, sufrió persecución,
sufrió maltrato pero su corazón nunca se corrompió, entonces ¿qué vamos a esperar?
Estar en el paraíso para que todo funcione bien o vamos a decir por más que venga la
noche más oscura no nos vamos a separar de su Presencia.
Necesitamos tener una continua predisposición a obedecer la voz de Dios, en Josué lo
vemos.
Josué 1:6-7
Vemos como Josué escuchaba lo que Dios le decía y obedecía, pero entendemos que la
obediencia es insuficiente, porque si la obediencia no está ligada a la honra, no nos
alcanza. Necesitamos como generación fortalecer una obediencia que honre a quien nos
está enviando.
Dios le pide a Josué que ponga como prioridad la ley, la palabra, la voz de Dios lo cual no
se refiere a que ande todo el tiempo con la biblia sino a que todo el tiempo tenga la
sensibilidad de escuchar la voz de Dios para tener éxito a donde quiera que vaya.
Podemos ver esto en el liderazgo de Josué después porque al obedecer la voz de Dios

pudo guiar al pueblo con éxito. Para Dios el éxito no está determinado por cuantas cosas
podemos alcanzar sino por cuan sensibles a su voz podemos ser. Puede pasarnos que
hagamos, logremos muchas cosas pero si nuestro corazón está separado de Dios, serán
solo logros que los demás puedan ver, aplaudir y que nos lleven a sacar algún redito, pero
el mayor éxito es que podamos tener un corazón sensible a la voz de Dios.
El pueblo de Egipto fue herido por las plagas para que puedan ver, entender el señorío y el
gobierno de Dios. El veía tanta corrupción que necesitó empezar a herir el pueblo, por eso
mando una plaga, otra y otra. ¿Cuál era el propósito de Dios? Herir al pueblo para que
reconozcan su señorío. ¿Estamos dispuestos a ser heridos en nuestro corazón por Dios
para lograr ser bautizado en temor de él? La voz de Dios endurece el corazón de los
religiosos pero enciende el corazón de los temerosos. La misma voz que endureció a
Faraón, a Josué lo avivo e hizo que entrara a la tierra prometida con todo el pueblo. La
misma voz que hoy puede estar endureciendo a toda una generación que se pervierte,
puede ser la misma voz que empiece a despertar a toda una generación que avive, que
camine en un avivamiento y no se trata de cuál es la voz sino de cuál es el corazón.
No es gente mala que no quiere escuchar la voz de Dios, porque su voz es audible para
todos, aún a aquel que no cree en Dios escucha la voz de Dios, por eso la misma voz que a
algunos los endurece a otros los enciende. ¿Cuál es la diferencia? Que uno tiene un
corazón religioso y otro tiene un corazón temeroso de Dios. Necesitamos disponernos a
ser heridos en nuestro corazón, porque quizás más de una vez lo que Dios nos pida puede
ofender nuestro corazón, lo que nos mande hacer puede tocar nuestra fibra más íntima y
nos incomode. El orgulloso alza la ofensa y la pone en alto encima de todo pero el que es
humilde aunque es ofendido vence la ofensa para lograr crecer. Por eso necesitamos ser
heridos en el corazón, pues si Dios hiere nuestro corazón el resultado será el temor de
Dios y es necesario que podamos fortalecer en nosotros la obediencia como una disciplina
primordial, porque solo de esta manera vamos a poder hacer frente a todas las corrientes
de creencias que se levantan en este sistema.
No hay que ir muy lejos para ver que la maldad está creciendo, no hay que investigar
mucho para ver que la maldad se toma cada vez más de una manera normal, entonces por
eso vemos como Adán y Eva se corrompieron en un contexto ideal pero Jesús en el
contexto más perverso y oscuro produjo una transformación como nunca antes, por eso n
se trata de cuál es el contexto donde estamos sino del corazón con el cual hacemos frente
a ese contexto. A lo largo de la historia de la biblia vemos ejemplos de eso: Daniel estuvo
en Babilonia con el reinado de una persona totalmente perversa pero decidió no
contaminarse en su corazón y eso fue lo que lo llevo a producir una transformación, a
Jesús le paso lo mismo, pero también podemos ver ejemplos de personas a las que Dios
hirió como Job que fue herido en su corazón, perdió todo pero Dios lo bautizaba en temor.
Cuando Dios empieza a herir nuestro corazón el resultado es vivir con temor de él.

“Danos temor de Dios, estamos dispuestos a que hieras nuestro corazón para ser
bautizados en temor, abandonamos la arrogancia y el orgullo de corazón. Hiere nuestro
corazón para ser bautizados en temor, danos temor de Dios, danos celo por lo santo,
bautizanos en temor de Dios, que no nos dé lo mismo nuestra actitud hacia Jesús, que
podamos responder a esas cosas que están sin resolver. Que no nos de igual escuchar tu
voz o no Señor, no queremos que tu voz endurezca nuestro corazón sino que queremos que
lo encienda, que la misma voz que a algunos los está endureciendo por la religión de su
corazón a nosotros nos comience a avivar”
Hay muchas situaciones que pueden robar el temor de Dios de nuestras vidas y no es muy
difícil perderlo, lleva mucho tiempo construir una cultura en nuestro corazón para ser
temerosos de Dios y en un momento lo podemos perder, por eso es tan difícil salir del
acostumbramiento del pecado, abandonar algunas prácticas que todo el tiempo nos lleva
a caer, porque necesitamos una y otra vez fortalecer eso para que se haga una cultura y
podamos tener temor de Dios, pero es muy fácil perderlo porque solo basta un momento
para perderlo todo.
En medio de un proceso de libertad Acan se corrompió, Dios había liberado al pueblo, los
estaba llevando a la tierra prometida, habían visto señales y maravillas de Dios y en la
mejor temporada que estaban atravesando su corazón se corrompió ¿Cómo se explica
esto? Porque solo basta un momento de quitar la mirada de lo importante para
corromperse. Por eso necesitamos luchar por permanecer en el temor de Dios, pues cada
vez se va a volver mayor o más sencillo de caer, fallar y perder el temor de Dios. Antes
mucha gente tenía que correr al pecado, pero hoy el pecado nos envuelve, donde por un
momento nos distraemos podemos errar, por eso debemos cuidar nuestro corazón para
que aun en el contexto más adverso no se corrompa, para ello debemos purificarnos
todos los días.
HACER DE SU PRESENCIA NUESTRO TESORO:
Josué a donde iba llevaba el arca, cruzaron el rio Jordán con el arca, dieron las vueltas a
los muros de Jericó con el arca, a todo lugar el arca iba delante de ellos, tanto la palabra
tabernáculo como la palabra arca del pacto representan la Presencia de Jesús. Josué
permanecía en la Presencia de Jesús, por eso como Josué necesitamos que el centro de
nuestras vidas sea la Presencia de Jesús, mucho de lo que podamos alcanzar en el tiempo
está determinado por la siguiente pregunta ¿Dónde pasamos nuestros días? Y esto no está
relacionado con ir de lunes a lunes a la iglesia, claro que es necesario congregarse y
participar de los grupos de vida, es vital, pero no solo está relacionado con ir a lugares
donde nos reunimos sino que está relacionado con un corazón que tenga hambre por la
Presencia de Dios.
¿Cómo y a donde pasamos nuestros días? Esta pregunta determina a donde vamos a estar
los próximos años. Éxodo 33:11 dice: “Hablaba Jehová a Moisés cara a cara como habla a

cualquiera a su compañero y el volvía al campamento pero el joven Josu hijo de Nun su
servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo” vemos a Josué siendo joven
creciendo en la Presencia de Jesús, cuando creció ya había hecho de eso su tesoro y nunca
lo abandono. Josué 6:8 nos dice: “cuando Josué termino de dar las instrucciones al pueblo
los siete sacerdotes marcharon al frente del acta del pacto del Señor tocando sus
trompetas y el arca del pacto les seguía”
Si hacemos de la Presencia de Jesús nuestro tesoro a donde quiera que vayamos esa
Presencia nos seguirá, a donde quiera que caminemos la Presencia de Jesús ira detrás de
nosotros y no se apartara. Cuando las cosas se ponen difíciles ¿A dónde ponemos nuestra
mirada y confianza? Esto también va a determinar de cómo vamos a responder ante esta
situación.
Jesús tuvo muchos motivos para ofenderse, pero ¿Qué hizo que Jesús no reaccione? Si
bien fue perfecto y en el no hubo pecado, pero era de carne y hueso como nosotros,
entonces nos preguntamos ¿Por qué no reacciono? Es que cuando una persona esta
crucificada no puede ser ofendida, entonces entendemos que Jesús no fue crucificado
cuando lo colgaron de un madero sino que crucifico el corazón en el desierto. Por eso el
desierto es una escuela para el carácter, porque Jesús cuando es llevado al desierto
durante cuarenta días empezó a trabajar el corazón, a trabajar el carácter, las actitudes,
las emociones y ese proceso de cuarenta días fueron un catalizador para los tres años de
ministerio de Jesús. Muchas veces esos procesos de desierto son catalizadores, que es el
impulso que acelera el proceso y acorta una distancia.
Jesús necesito esos cuarenta días para ser impulsado hacia su ministerio, cuanto amor
tiene Jesús que marco un camino que no es imposible de caminar sino que tenemos libre
acceso para andar. A Jesús su mismo pueblo lo entrego, lo insulto, lo maltrato, lo crucifico
y tranquilamente Jesús tenia potestad y autoridad para librarse de eso pero entendió que
todo era parte de la voluntad de Dios y reacciono no como esperamos nosotros sino que
declaro que era parte de la voluntad y se dispuso a atravesarlo con gozo.
Una generación que mira a Jesús aun en medio de la incertidumbre más grande que
pueda estar pasando, si en medio de esa incertidumbre no quitamos la mirada de Jesús lo
veremos obrar, el caminara con nosotros, se duele con nosotros, está en el medio de cada
situación. Es necesario que le demos permiso y hagamos espacio para la Presencia de
Jesús. Necesitamos recuperar el celo por la Presencia de Jesús pues es un clamor del
Espíritu Santo para la iglesia. El celo por su Presencia es algo que el Espíritu está
clamando.
“Aumenta el celo por la Presencia de Jesús en nuestras vidas, aumenta el celo por lo santo
en nuestro corazón, no nos dará igual cuando venga la tentación pues sentiremos un celo
por cuidar lo santo que nos consumirá”

Hay un grito, un clamor del Espíritu para esta generación y es que no nos volvamos
arrogantes. La arrogancia no es otra cosa que perder la capacidad de clamar, perder de
vista el motivo de nuestra adoración por las cosas cotidianas. Cuando en el día a día nos
acostumbramos tanto a la Presencia que perdemos el celo. Hay una urgencia del Espíritu
Santo para nuestras vidas y es que no nos volvamos arrogantes, capaz no vamos a saber
cómo hacer las cosas, capaz no vamos a saber cómo llevar al frente algunas
responsabilidades pero hay algo que no podemos perder y es la capacidad de que cuando
escuchamos su voz, nuestro corazón empiece a reaccionar y arda, no podemos ser
indiferentes cuando el Espíritu Santo habla a nuestras vidas, no podemos ser indiferentes
cuando el Espíritu Santo está clamando a nuestros corazones. Por eso necesitamos
fortalecer la disciplina de oración y adoración en nuestras vidas, si es que no nos
queremos volver en una generación arrogante.
Hay características que un íntimo necesita tener presentes en su vida:
1º una persona superficial todo el tiempo está esperando recibir, todo el tiempo espera
que alguien haga algo por él. Pero aquellos que son íntimos nunca pierden la capacidad de
ir a buscar la Presencia de Jesús.
2º una persona superficial todo el tiempo está buscando que hacer y ser reconocido por
esas obras. Pero alguien que ama la intimidad todo el tiempo está persiguiendo la
voluntad de Dios.
3º una persona superficial todo el tiempo hace acuerdos con la mentira. Pero el íntimo se
goza con la verdad, haya deleite en la verdad.
4º un síntoma de la superficialidad es querer la gloria pero rechazar la cruz. Pero para los
íntimos su mayor logro es estar juntamente crucificado con Cristo, haber muerto a los
intereses personales para que Cristo crezca.
5º un síntoma del superficial es que solamente ora cuando realmente las cosas están mal.
Pero el intimo se dedica a la oración (Colosenses 4:2)
6º un superficial busca los beneficios de Cristo, es decir va a Cristo por todo lo que le
puede dar. Un íntimo quiere a Cristo, pasa tiempo con él.
7º un superficial todo el tiempo busca como verse beneficiado. Pero el íntimo no ve en la
iglesia la oportunidad de salir beneficiado sino que ve a la iglesia como la oportunidad de
edificarla.
Fortalecer la intimidad no nos lleva a servirnos de la iglesia sino que nos lleva a servir a la
iglesia.
Hay algo que David tuvo muy claro aun después de haber hecho una de las peores cosas,
que sin la Presencia del Señor no podría vivir. ¿Cuál es la diferencia entre Acan y David? Es
que Acan hizo de lo temporal su tesoro, los dos se equivocaron. Acan todo parte del botín,

David se equivocó porque deseo una mujer y termino haciendo una serie de pecados,
termino matando una persona para encubrir su pecado, pero ¿Cuál fue la diferencia? Si
bien los dos tuvieron que ser confrontados para exponer el pecado, pero había algo en el
corazón de David que ardía que no quería que Dios les saque su Presencia.
Hay una sola cosa que nos va a poder sostener viviendo en intimidad y es conque cosas
estamos haciendo acuerdo en nuestros corazones. ¿Cuáles acuerdos necesitamos quebrar
en nuestra vida y cuales acuerdo necesitamos tomar en nuestra vida? Solo alguien que
reconoce la necesidad en su corazón de Jesús todo el tiempo puede empezar acuerdos
con el pecado, acuerdos con el pecado, con la indolencia, hoy Dios nos invita a ser un
acuerdo con él, invitándonos a decirle que sí. Pero no se trata de que si pecamos o no, si
fallamos o no, claro que si hay pecado necesitamos exponerlo, si hay malos hábitos
necesitamos cambiarlos, pero hay una invitación de Dios a que le digamos que si para
hacer un acuerdo con él. Intimidad es estar de acuerdo. ¿Con que cosas vamos a estar de
acuerdo en los próximos días para permanecer en intimidad?
“Si hay pecados Señor en nuestras vidas y corazones, si hemos pecado, nos arrepentimos,
si te hemos dado la espalda, nos arrepentimos, si hemos hecho ligaduras con el pecado,
con la perversidad, con las cosas vanas, nos arrepentimos. No queremos que se nos cuente
por falta delante de ti, pero no solamente termina en arrepentirnos del pecado, sino que
cada vez que quebramos las ligaduras con el pecado, queda un espacio donde necesitamos
tener un acuerdo con Dios y eso representa la intimidad, hacer un lazo, estar ligado. Que
nos liguemos con Jesús para estar de acuerdo con él, para hacer un pacto de amor con él,
que nos libre de la indolencia, que nos libre de no poder reconocerlo. Dios trae temor a
nuestros corazones, Espíritu Santo herí nuestro corazón para ser bautizado en temor”

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