19 de octubre de 2024
Comenzamos a leer el libro de Ester como iglesia y caminamos en este concepto de una novia vestida de guerra, una iglesia apasionada. Una iglesia que ama al Señor pero también está con su mano en la espada, sale, camina, abraza a la gente, ministra a las personas. Es tan importante que abracemos este concepto de que “Somos Iglesia” y caminamos juntos en esta realidad.
Esta novia que es la iglesia del último tiempo quien esta lista pero también está sometida a luchar en contra del engaño y para poder ser libre del engaño, necesitamos conocer la voz de Dios. ¿Cómo reconocemos que es la voz de Dios y no es la idea de un hombre? Porque suena como su palabra, hay un impacto distinto de la palabra de Dios cuando de manera personal abrimos la Biblia y eso salta y salpica nuestro corazón. Cuando esto sucede estamos interpretando de manera íntima la voz de Dios. Esto tiene un peso en nuestras vidas que nos lleva a tener autoridad, entonces cuando hablamos con alguien podemos compartir lo que leímos para nuestras vidas o para bendecir a otros.
Como nunca antes hay un avivamiento de profundidad en la palabra del Señor, hoy los niños leen la Biblia y la interpretan. Nuestros adolescentes vienen a Casa de Oración, leen la palabra y declaran lo que Dios les habla. Todos necesitamos introducirnos en la palabra de Dios para no ser engañados, cuantas voces nos alejaron de nuestro matrimonio, de nuestro ministerio o nos separaron de lo bueno. No lográbamos interpretar lo que estaba sucediendo, no nos perdamos en medio de las voces de este sistema. Por eso, como iglesia tomamos mes a mes para leer un libro de la Biblia. Tenemos Escuela de vida para enseñarla, el seminario bíblico Antioquia para estudiarla, tenemos herramientas porque necesitamos caminar con seguridad.
Leer la palabra de Dios es fundamental para no ser engañados en esta temporada.
Ester es una bocanada de aire fresco en medio de tanta guerra y tanta situación en el Antiguo Testamento y sus libros históricos. Los libros de Rut y Ester nos revela la iglesia que fue, que es y que ha de venir, fueron escritos en diferentes momentos pero tienen ciertas similitudes que podemos interpretar y tomar para nosotros. El libro de Rut fue escrito en una temporada muy especial que fue la de los jueces, la que vino después de que Josué tomara la tierra. Cuando Moisés saca el pueblo de Egipto, su sucesor hace que el pueblo se establezca en la tierra que Dios le ha prometido, pero después que Josué muere hay un vacío en el liderazgo. Entonces, cada comunidad empieza a separarse y a vivir por sí sola. Cuando el pueblo hacía cosas buenas delante de Dios, tenía una buena temporada pero cuando no, caía en pecado y la miseria arrebataba sus cosechas hasta que se levantaba un juez, un libertador que traía una temporada de paz, continuamente tenían altos y bajos.
Rut era una mujer extranjera que halló gracia delante del Señor le creyó a Dios. Representa a una iglesia que derrama su corazón a los pies de su amado, que es parte de un plan estratégico, una iglesia determinada.
Con el libro de Ester pasa lo mismo, solo que fue escrito en otra temporada del pueblo de Dios, en esta temporada el pueblo deja de ser territorio, deja de ser una nación en sí misma, siendo absorbida por los babilonios y llevada a la cautividad. El libro de Ester se ubica en el tiempo de Persia, peor todavía porque el pueblo se pierde, se diluye en medio de las naciones que lo conquistan. Muchos son tomados cautivos y otros son dejados en la tierra de Israel para vivir en la pobreza con un templo destruido. En este contexto, el pueblo de Dios está más vulnerable que nunca, sin territorio, sin ejército, ya no existen los jueces, ya no hay un líder que se levante para rescatarlos. Solo son ellos tratando de vivir en la cautividad y en medio de este contexto el cielo nos regala la historia de Ester.
La historia de Ester es la madre de todas las historias porque representa al rey y la amada. Tiene el protagonismo de una mujer puesta en un tiempo de ausencia de liderazgo para liberar al pueblo. El pueblo de Israel está sometido a la autoridad de un rey persa perverso, quien tiene todo bajo su dominio y en esta historia aparece Ester pero uno de los mayores protagonistas es Dios quien no se menciona explícitamente en ningún momento pero que está trazando todos los detalles de la historia produciendo un plan para traer salvación a su pueblo. Aparece también aparte de Ester un tal Mardoqueo, quien en la historia no es otro que la persona del Espíritu Santo. Mardoqueo quien es tío de Ester, la cuida desde pequeña, la protege, la preserva, entiende que tiene un propósito y a lo largo de la historia se va a convertir en el consejero que Ester necesita para hacer lo correcto. Mardoqueo pone su propia vida, es atacado, pero también es puesto en honra. También encontramos a Aman que es perverso, ambicioso de poder, le tiene envidia a Ester por eso la quiere hacer caer, odia a Mardoqueo, Aman no es otra figura que el adversario, satanás.
La Biblia desde el Génesis al Apocalipsis nos muestra los mismos personajes, las mismas historias, nuestras historias, encarnadas de la misma forma. El libro de Ester comienza con una decepción, un rey decepcionado por su novia. El rey tiene a su reina Basti y cuando el convoca a la reina para un banquete, la reina lo desprecia y se niega ir al banquete, es el desprecio de una amada, de una reina, quien se cree algo más de lo que es y qué piensa que puede ser independiente de su rey.
Podemos recordar la parábola de las diez vírgenes que esperan el regreso del amado para la boda, cinco de ellas guardan aceite, lo cultivan y otras cinco insensatas dejan que llegue la noche pero no pueden recibir al rey. Parece que este sentido de urgencia está en toda la Biblia, que por una reina entregada, que ama, hay una que desprecia, es la historia de todos nosotros. Dios nos ama a todos por igual pero no puede perseguir a aquellos que le desprecian, llega un momento que el manto de gracia se agota.
Debemos tomar una decisión, si vamos a deshonrar al rey o vamos a vivir para él.
La hora ha avanzado, la noche está más oscura que antes y el rey de reyes está rugiendo, trayendo de los lugares más oscuros a aquellos que están apartados, aun aquellos que teniendo una invitación del rey para servirle, para amarle, para estar en su mesa le despreciaron, muchos hoy vuelven al Señor y quizás seamos uno de ellos. Tenemos un sentido de urgencia ¡es ahora! Es el tiempo de las determinaciones, Basti desprecia al rey y este dice hasta acá llegué. El rey Azuero no es un rey que teme a Dios, sino que es un emperador más pero es la figura de la soberanía y cuando Basti quien tenía las condiciones para ocupar el lugar real queda a un lado, deja una vacante. En el reino para elegir la novia del rey se realiza un concurso de belleza y ahí aparece Ester, llena de gracia, la cual participando del concurso gana y atrapa el corazón del rey. Ester pasa de ser una judía más, una desechada, una excluida a ser la esposa del rey. Esta historia no se trata de llegar a lugares de privilegio, sino del plan de Dios que a través de muchas situaciones va a traer libertad y sanidad.
Ester queda como la esposa principal del rey y disfruta de todos los beneficios, mientras tanto Mardoqueo ve toda esta situación, Aman el enemigo, el adversario, el que busca la muerte, el que busca destruir al pueblo de Dios. Se levanta con estrategias y a través de engaños, utilizando las leyes de ese tiempo, obliga al rey a sacar un edicto donde los judíos serian asesinados y exterminados por completo. En medio de todo ese caos el pueblo se encuentra sin líderes, no hay jueces, no hay profetas, no hay reyes, solo hay una mujer. Mardoqueo por cartas le habla a Ester pidiéndole que intervenga, ella es la única que puede acceder al rey.
Ester 4:10-14 (RVR)
Pedirle a Ester que se exponga delante del rey era pedirle que pierda su vida, su seguridad. La ley de Persia decía que nadie podía entrar a la presencia del rey sin ser convocado y si alguien entraba se lo asesinaba inmediatamente porque se lo consideraba alguien irreverente, que atentaba en contra de la dignidad del rey. Salvo que el rey extendiese su gracia y favor alzando su cetro pues de esa manera escucharía a quien iría.
Pero se notaba que entre el rey y Ester algo había sucedido porque durante treinta días ella no había estado con el rey, había un silencio, una pausa e interrumpir esa pausa implicaría poner en riesgo su vida. Mardoqueo la confronta diciéndole que si ella callaba absolutamente en ese tiempo, respiro y liberación vendría para su pueblo y ella no se libraría aunque este en el palacio porque quien sabe si para esa hora has llegado al reino.
Este es el desafío que todos nos debemos hacer, ¿Quién sabe si para esta hora Dios nos ha traído? Lo que nos trajo hasta el punto en que estamos hoy no son nuestras desgracias, ni nuestros errores.
Lo que nos trajo hasta el punto donde estamos es que el rey nos ha escogido.
Pues a lo largo de nuestras vidas ha habido un protagonista que es el Espíritu Santo de Dios y en nuestras noches más oscuras siempre hubo una luz que nos extendió la mano y en nuestras victorias más extraordinarias. Cuando Dios nos está usando siempre estuvo ese Mardoqueo, quien a lo largo de nuestras vidas nos ha preservado, nos ha llevado a perdonar, nos ha llevado momentos de oscuridad y nos ha plantado para una situación o momento particular.
Dios le dice a Ester que no se trata de su comodidad, ni de su bienestar, ni de su ministerio, todo el camino que anduvieron juntos tenía un solo propósito ¡esa hora!!¿Qué implicaba esa hora para Ester? Implicaba arriesgarlo y entregarlo todo. A veces pensamos que Dios nos llama para buscar un éxito personal que nos lleve a la cúspide de nuestras vidas, y no quiere decir que no lo podamos lograr, pero no es así,
En el reino de los cielos lo que define nuestros éxitos no son las montañas alcanzadas, sino lo que estamos dispuestos a entregar, a darle a él y a consagrarle.
Cuando Ester recibe las palabras de Mardoqueo es traspasada, es desafiada, se siente limitada, está llena de temores. El rey no le hablaba por más de treinta días, pero entiende que lo que dice Mardoqueo es real, el hoy, el ahora, ese momento que puede ser el más oscuro o el más iluminado tiene un solo propósito: “manifestar la voluntad de Dios a través de su vida”. Hay un pueblo que está en peligro, en oscuridad y la única esperanza es una mujer que se alberga en el palacio del rey. Como en este último tiempo la única esperanza es una iglesia que tiene un vínculo íntimo y profundo con el rey, no es una persona, sino que somos cada uno de nosotros que tenemos la posibilidad de entender que para esta hora hemos sido llamados y de tomar una determinación.
Ester 4:15-17 (RVR)
Esto es un dialogo entre la iglesia y el Espíritu Santo quien es Señor de la iglesia, preservándole, trayéndole revelación del tiempo y la iglesia diciéndole: Esta es la oración de la iglesia del último tiempo, de la iglesia que va a pasar la tribulación, que pasara diversas pruebas.
Ester se presenta delante del rey, el levanta su cetro. Aman es juzgado y la horca que preparo para Mardoqueo es su propia horca. Ester es elevada a una posición y se declara una fiesta que es la fiesta del Purín, la fiesta de la alegría porque en medio de la hora más oscura vino la liberación más grande.
¿Dónde encontramos esta declaración? Con un carpintero de treinta y tres años haciendo esta misma oración en el Getsemaní justo antes de la cruz: <Padre, si es posible que pase de mi esta copa, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya>
En el libro de Ester es la novia presentándose delante del rey para salvar a un pueblo, ahora el que habla es el novio, está a punto de ir a la cruz, está a punto de beberse una copa. Lo que Jesús está haciendo en Getsemaní es una boda, es el principio de un casamiento. Jesús cuando le pide a su papá que no se haga su voluntad, sino la suya. Le está diciendo que va a recibir a una novia que lo va a traicionar a lo largo de la historia, voy a beber de la misma copa con una novia que no va a poder ser fiel, que a lo largo de los años se va a corromper, que va a usar mi nombre para maldecir a otros, que va a caer en decadencia espiritual. No es fácil beber de esta copa, pero le dice a su papá que él nos elige, para que se haga la voluntad del Padre. Jesús no nos tomó porque sí, sino que el Padre le concibió al hijo a la novia, por eso elige tomar la copa, nos está eligiendo. El novio pagó por nuestros desprecios y por nuestra maldad. Podemos ver en Ester esta misma oración:
Jesús dice que la boda se finalizara aquel día que volvamos a tomar de la copa, cuando su iglesia estará con él. ¡Que hermoso será cuando bebamos de la copa y la rompamos juntos para declarar que siempre reinaremos con él!
“En este tiempo estamos llamados a tener la actitud de Ester, ya no perseguimos nuestros beneficios, ni conveniencias, no pensamos en lo que vamos a perder o ganar, sino declarar . Nuestros tiempos, nuestros hogares, nuestras vidas le pertenecen, fuimos escogidos por el Rey de Reyes y Señor de Señores. El Rey de Gloria ha puesto una mesa y no queremos ser la novia que desprecie al Rey, no queremos ignorarle, entendemos que para esta hora nos ha llamado. La voz del Espíritu Santo nos dice que no estamos hechos para la vida cómoda de este tiempo. No estamos hechos para la mediocridad espiritual, estamos hechos para presentarnos delante del Rey, para estar en intimidad con el Rey pues producirá libertad para el pueblo, para esta hora Dios nos convocó.”