Sí, Señor

23 de abril de 2023

Dios toma mi sí en serio.

-Maximiliano Gianfelici

2 Corintios 1:17-21

Estamos leyendo 2 de Corintios congregacionalmente. Esta carta habla de determinación porque es el sí. Sabemos que en Dios no es sí y no, es siempre sí porque es un Dios de determinaciones. En Cristo es sí a la santidad, sí a la integridad. Por eso, Pablo en esta carta quiere activar el potencial de los corintios para hacer de la iglesia un reflejo de la gloria de Dios.  

¿Cómo no damos cuenta que estamos caminando en inmadurez espiritual? Cuando tenemos que preguntarle a Dios si lo que hago es pecado o no, si está bien o no. Una persona que tuvo un encuentro con Jesús va a vivir para agradarle, para honrarle, vive en santidad, no por obligación, sino porque no puede vivir de otra manera. La vida que opera en nosotros nos impulsa a seguir a Jesús, y esto requiere disposición. No es lo mismo disponibilidad que disposición. Dios no necesita gente disponible, que le haga favores, a veces trabajamos así con Dios, vemos las cosas convenientes para nosotros, pero llega un momento que quien conoce a realmente a Jesús y no está dispuesto no puede avanzar en el evangelio de las buenas noticias. Si tenemos determinación tenemos el sí.  

Disposición: es la manera de responder frente a los desafíos, sin titubear en la decisión. Toda disposición está cargada de una firme determinación en responder a los diferentes desafíos. Todos aquellos que pudieron transcender en la historia tuvieron una gran cuota o dosis de disposición. Pablo tiene esa determinación en este capítulo, como Daniel cuando dispuso no contaminarse con la comida del rey, no se acomodó a la realidad del momento, él no se contaminó, esto lo llevó a reinar durante 4 imperios y todo empezó con la disposición de su corazón. La disposición tiene que ver con asumir el desafío con valentía por eso Dios dice «no me traigan a los tibios, tráiganme a los que están dispuestos». Cuando entiendo que mi disposición está puesta para que Cristo se glorifique en mi vida sucede algo extraordinario. Jesús en el Getsemaní tuvo disposición diciendo sí, que se haga tu voluntad. Este es el evangelio del «sí, Señor».

La disposición tiene 4 aspectos importantes.

1- Coraje: La disposición va acompañada de coraje. ¿Qué pasó el día que conocimos a Jesús y le dijimos que sí, qué es lo que nos llevó a tomar la determinación? Cuando le dijimos sí estar dispuestos a que sea el rey de nuestra vida, a entregarle todo lo que somos y que nazca en nosotros el Espíritu Santo comenzó a operar, porque es quien produce en nosotros el impulso que vence el temor. En la Biblia encontramos 365 veces la frase no temas. Si Dios nos pide algo le decimos sí. Incluso cuando una vez le dijimos que no él nunca falló, él nos sigue amando y sigue diciendo sí a cumplir nuestro llamado y propósito. Coraje es absoluta dependencia de Dios.

2- Decisión: Somos responsables de lo que elegimos. Elegimos relaciones, vínculos, ir a la iglesia, seguir a Jesús permanentemente. Nuestras decisiones van acompañadas de disposición. La decisión de entregarle mi corazón a Jesús es caminar con él todos los días de mi vida, es decidir amarlo y estar dispuesto. La disposición requiere decidir cómo quiero formar mi hogar porque lo mejor es que nuestros hijos puedan estar en la presencia de Dios. La decisión va a definir los próximos 5 años, yo puedo decir. Hoy somos el producto de nuestras decisiones que tomamos hace 5 años, la más grande satisfacción es decir «gracias, Señor por dejarme hacer tu voluntad», incluso cuando hemos tomado algunas decisiones incorrectas pero por su gracia aprendimos a escuchar la voz de Dios y ver que él siempre ha sido bueno.

3-4 Determinación y constancia: Te propondrás una cosa y esa cosa te será firme. Cuando alguien está dispuesto a pagar el precio de decirle sí al Señor algo se activa en nuestra vida. La gente que está dispuesta no es una carga, es decir aquí estoy, estoy determinado a desafiar los limites. La disposición tiene determinación y constancia. Este camino que elegimos es para toda la eternidad, es para siempre. Hemos decidido decirle sí a Jesús y la constancia produce una movilización del cielo.

Cuando estoy dispuesto la disposición no persigue un resultado persigue las promesas porque sus promesas son «sí», él nos prometió que va a estar con nosotros y que va a regresar. Somos los que debemos conectar a esa promesa porque cuando una persona se moviliza con determinación a decirle «sí» a Jesús nos sella con una garantía de sus promesas: el Espíritu Santo. Lo que nos asegura la vida eterna es que el Espíritu da testimonio de que somos hijos de Dios.

“Sus promesas siguen intactas, no quiere que sigamos de la misma manera, él quiere hablar a nuestro corazón para que nos levantemos con una nueva disposición para decirle «sí, Señor». Seamos gente dispuesta a dar nuestra vida, no seamos simples cumplidores. La disposición es un puente entre los sueños y su concreción. Renovemos juntos el compromiso a decirle a Jesús que estamos dispuestos.”

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